CALIFICACIÓN.- NOTABLE: 7’5

Cartel de ‘Lifting’
Fue una de las actrices secundarias más prolíficas en los años setenta y se convirtió en uno de los rostros más populares del cine español, llegándose a codear con los mejores actores de la época, incluso llegó a trabajar con Almodóvar, pero luego su carrera se fue diluyendo poco a poco. Desde entonces han sido escasas sus apariciones en el teatro y en la televisión pero, afortunadamente, Dunia Ayaso y Félix Sabroso la han recuperado para el gran público y además, haciéndonos reír, lo que mejor sabe hacer ella.
“Lifting” supone el retorno de Josele Román a la escena y no podía regresar de mejor manera; en una comedia, que le va como anillo al dedo, que gira en torno a la cirugía estética y todo lo que este mundo conlleva. Las apariencias, el miedo a la vejez y la feroz competencia entre las mujeres para ser la más guapa son algunos de los temas que se abordan en 17 escenas que van desde el humor más ingenioso y divertido hasta el más absurdo y surrealista, a veces –yo diría- demasiado, lo que provoca que haya momentos –los menos- un tanto forzados que enturbian la brillantez del guión.
Los creadores de “La gran depresión” –con Loles León– y “De cintura para abajo” –con Antonia San Juan– nos regalan 90 minutos de diversión y para ello han escogido a cuatro magníficas actrices cómicas. Además de la gran Josele, Ayaso y Sabroso han tenido el enorme acierto de rodear a la veterana actriz de tres intérpretes muy conocidas de la pequeña pantalla: Miren Ibarguren y Pepa Rus, famosas por sus papeles en “Aída”, y Elisa Matilla, a quien últimamente hemos visto en “Tierra de Lobos”. A sus 66 años, la renovada Josele demuestra que no ha perdido facultades en todo este tiempo y se desenvuelve con desparpajo y muchísima gracia entre sus jóvenes compañeras. De la mezcla de todas ellas, resulta un cóctel perfecto de risas y carcajadas.

Josele Román y Pepa Rus.
Me gustaría destacar el brillante trabajo que hace Miren Ibarguren. La Soraya de “Aída” nos sorprende en cada una de sus intervenciones con una impresionante amplitud de registros vocales y con una interminable galería de gestos y muecas que provocan la ovación del respetable en varias ocasiones. Está insuperable y, para muestra, la escena en la que ella se mete en el papel de la presentadora de un concurso de Misses, sin lugar a dudas, el punto álgido de la función.
No me puedo olvidar tampoco de las otras dos componentes del elenco, Elisa Matilla y Pepa Rus -que vuelven a coincidir en las tablas tras “Historias de un Karaoke”- y que protagonizan momentos desternillantes. Particularmente graciosa está la “Macu” cuando interpreta a la enfermera de la sala de espera de un cirujano plástico o cuando da vida a la chica díscola que se quiere operar los pechos y cuya madre –Josele Román- no la deja. Absolutamente geniales.
Salgo de “Lifting”, aún riéndome, y con un gran sabor de boca y, personalmente muy satisfecho de que Josele Román haya vuelto a los escenarios, un sitio del que esta actriz de raza y superviviente de la vida nunca debería haberse bajado.
Aldo Ruiz