CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8
‘Viva la Pepa’, en el Off del Teatro Lara, es un monólogo protagonizado por Pepa Rus en el que la actriz realiza una actuación rebosante de gracia y talento dando vida a una pobre mujer, madre de gemelos, que un día de la noche a la mañana se convierte en una heroína. Juan Luis Iborra y Sonia Gómez han confeccionado un texto magnífico, hecho a la medida de Pepa Rus, que le permite a la artista brillar de principio a fin. El propio Iborra dirige con eficacia este excelente montaje que lleva meses provocando las risas y carcajadas entre el público madrileño.
Pepa es una mujer sin futuro, madre soltera de dos gemelos, que vive alimentada tan solo por el aire que respira y, quizás, por la positividad que nunca pierde ante tanta amargura. De repente todo cambia y, de la noche a la mañana, se convierte sin pretenderlo en una heroína. Un día, salva a un águila imperial alemana (una especie en extinción de la que apenas quedan ejemplares en el mundo) que se ha quedado atrapada en una palmera y los medios de comunicación hacen de ella la persona más popular del momento. Políticos, periodistas y programas de televisión se la disputan. Su vida gris parece volverse rosa y las promesas de ayudas para sus hijos, para su alquiler y para todo, poco a poco se olvidan. Pepa se convierte en un juguete roto, como tantos y tantos otros. Ante tanta mentira y falsas promesas, ella decide tomar las riendas aprovechando que todavía no ha perdido del todo la popularidad. Y se fija como objetivo ser alcaldesa de su ciudad, Melilla. ¿Lo conseguirá?
Juan Luis Iborra y Sonia Gómez han confeccionado un texto magnífico, ágil, dinámico y muy divertido, hecho a la medida de Pepa Rus, cuyo arranque es realmente potente. Ya te atrapa desde el principio. Todo comienza con el relato del rescate del águila por parte del personaje de Pepa. Un relato muy gracioso, con tintes surrealistas y de humor absurdo, que provoca las risas contagiosas de los espectadores. Desde el comienzo, Pepa Rus se mete al público en el bolsillo, que ya permanece entregado hasta el final de la función.
El texto de Iborra y Gómez está plagado de grandísimos momentos que, en manos, de Pepa Rus alcanzan cotas de genialidad. La visita a El programa de Ana Rosa y la entrevista que le hace la presentadora a Pepa es totalmente desternillante. ¡Y qué decir del momentazo cuando la protagonista acude a La Zarzuela donde le van a dar una condecoración por su valor! Su ficticio encuentro con la reina Letizia y doña Sofía en las estancias del Palacio es para llorar de la risa. Quizás, y por poner algún pero, la resolución del texto es un poco precipitada y nos resulta un tanto forzada. Pero, dado el surrealismo de la historia y el tono que le han imprimido Iborra y Gómez, todo puede pasar en la vida de esta heroína melillense tan graciosa.
Juan Luis Iborra también se ha encargado de la puesta en escena y resuelve el reto con enorme eficacia. Estamos ante un montaje en el que el texto y la interpretación son más del noventa por ciento del resultado final. Una simple estructura de madera se convierte en el banco de un parque, la palmera donde se sube Pepa o un atril donde la protagonista da un mitín. Con ese único elemento escenográfico y el carrito donde lleva a sus gemelos, Pepa Rus -muy bien dirigida por Iborra- saca a relucir su extraordinaria vis cómica.
Ni qué decir tiene que, aparte del texto, lo mejor de este monólogo es la grandísima actuación de Pepa Rus. La mítica Macu de ‘Aída’ vuelve a demostrar que es una de las mejores actrices cómicas de este país y que tiene una gracia innata. A veces, nos recuerda inevitablemente a Lina Morgan. Y, como buena cómica que es, también tiene un registro dramático muy desarrollado. De hecho, estamos deseando verla en un papel dramático o tragicómico, porque estamos convencidos de que lo bordaría. En ‘Viva la Pepa’, la actriz realiza una maravillosa actuación desbordante de gracia, simpatía y talento. Además, el hecho de representarse la obra en el ‘Off del Lara’ hace que la cercanía de Pepa Rus con los espectadores provoque una atmósfera muy especial de pura comedia. Durante 70 minutos, sus miradas, sus muecas y cada uno de sus gestos, que van en consonancia con el texto y ese personaje tan divertido a la vez que desgraciado- inundan de risas y carcajadas el patio de butacas. ¡Viva la Pepa!