‘EL BAR QUE SE TRAGÓ A TODOS LOS ESPAÑOLES’: EXTRAORDINARIO FRANCESCO CARRIL EN UN MARAVILLOSO MONTAJE DE SANZOL

CALIFICACIÓN.- EXTRAORDINARIA: 9’5

‘El bar que se tragó a todos los españoles’ es el primer proyecto de Alfredo Sanzol como director del Centro Dramático Nacional y no ha defraudado en absoluto. Una obra inspirada en la figura de su padre, que desprende humor a raudales y que nos ofrece una espectacular puesta en escena. A lo largo de tres horas, Sanzol nos regala otro de sus maravillosos montajes demostrando, una vez, que es uno de los mejores dramaturgos de los últimos años. Francesco Carril, extraordinario dando vida a Jorge Arizmendi, encabeza un reparto espléndido formado por Natalia Huarte, David Lorente, Nuria Mencía, David Lorente y Jesús Noguero, entre otros. Estamos, sin duda, ante el mejor montaje de lo que llevamos de 2021 y se representa en el Teatro Valle Inclán hasta el 4 de abril.

Tras tres horas de función, todo el público puesto en pie aplaudía a los nueve actores que protagonizan este apasionante viaje diseñado por Alfredo Sanzol. Sin duda, la ovación más sonora de lo que llevamos de año y un premio más que merecido que recompensa lo vivido sobre el escenario. ‘El bar que se tragó a todos los españoles’ está basada en la vida del padre de Sanzol y cuenta la historia de Jorge Arizmendi, un cura navarro que en 1963, con treinta y tres años, decide cambiar de vida, dejar el sacerdocio, y viajar a Estados Unidos para aprender marketing. Él se quiere convertir en el mejor vendedor. Allí, su vida cambiará por completo cuando conoce a Carmen, una española muy guapa que trabaja en Telefónica y que se encuentra en EEUU aprendiendo inglés.

El autor de obras maestras como ‘La respiración’ o ‘La ternura’ nos brinda un texto maravilloso, contado al ‘estilo Sanzol’, que desprende humor a raudales, muchas pinceladas de poesía y cargado de sabiduría y de vida. «Esta obra quiere dar luz y devolver la dignidad a todos aquellos hombres y mujeres que decidieron cambiar de vida, y que se arriesgaron a hacerlo», estas palabras de Alfredo Sanzol resumen muy bien el espíritu de esta obra, el primer proyecto del dramaturgo desde que es director del Centro Dramático Nacional. 

‘El bar que se tragó a todos los españoles’ es un montaje sobresaliente que se divide en dos partes de una hora y media cada una, con un intervalo de diez minutos de descanso. La segunda parte es absolutamente genial, transcurre a un ritmo endiablado y está plagada de escenas memorables, como la de las telefonistas -este momento es para enmarcar-, la de la camarera filósofa -protagonizada por Nuria Mencía-, o aquella otra donde los dos protagonistas se dirigen en coche a los jardines de El Pardo. A esta segunda parte no se le puede poner ni un solo pero. Ante algo así, solo queda quitarse el sombrero y aplaudir. La primera hora y media, sin embargo, se hace un tanto monótona dentro del estilo brillante del dramaturgo. Es cierto que todos los actores están maravillosos y que es muy entretenido todo lo que se cuenta -y cómo se cuenta-, pero el ritmo no fluye de la misma manera que en la segunda parte. Esta es la razón de que el montaje, llegando a ser sobresaliente, no alcance la perfección de otros montajes del navarro.

La puesta en escena que nos brinda Sanzol es espectacular. La acción transcurre en un bar de pueblo, recreado a la perfección por el escenógrafo Alejandro Andújar. A medida que transcurre la historia, las distintas estructuras que componen el bar se van descomponiendo y formando, a su vez, otros espacios paralelos. Andújar también es el artífice del magnífico vestuario: a lo largo de las tres horas los actores se desdoblan en multitud de personajes que van maravillosamente vestidos. Destacar también el diseño de luces de Pedro Yagüe, la música de Fernando Velázquez, el espacio sonoro creado por Sandra Vicente y el movimiento escénico, obra de Amaya Galeote. Sanzol se ha rodeado de un grupo de magníficos profesionales y el resultado es una puesta en escena sensacional. 

En el apartado interpretativo, todos los actores están de diez pero hay uno que sobresale por encima del resto: Francesco Carril que, en la piel de Jorge Arizmendi, da un auténtico recital, derrochando talento y una vis cómica extraordinaria, al alcance de muy pocos. Él es el alma de la obra y todo el peso recae sobre su personaje. A lo largo de tres horas, nos deja infinidad de momentos geniales que serían imposibles de enumerar. Su interpretación es memorable y se merece todos los premios que se lleve, que deberían ser muchos. 

Acompañan a Carril ocho actores de muchos quilates: Natalia Huarte ( magnífica dando vida a Carmen Robles, la mujer que le roba el corazón a Jorge Arizmendi), Nuria Mencía (absolutamente maravillosa en todos los personajes en los que se desdobla y especialmente genial en la escena en la que interpreta a la camarera-filósofa, sin duda, una de las mejores de todo el montaje), David Lorente (borda todos sus personajes pero se lleva la palma dando vida al Txistorro, compañero del Seminario de Jorge), una fantástica Elena González, Jesús Noguero (impecable, como siempre, ¡pedazo de actor!), Jimmy Roca, Albert Ribalta (brillante en todos sus personajes, especialmente en la piel de Crisóstomo Carlucci y Andreas Locher) y Camila Viyuela que nos vuelve a conquistar, una vez más, con su enorme naturalidad. 

En definitiva, ‘El bar que se tragó a todos los españoles’ es una de esas obras que nos reconcilian con el teatro. Sanzol es un mago a la hora de contar historias y aquí vuelve a sacar su varita mágica para hechizarnos de nuevo. Estamos, sin duda, ante uno de los mejores montajes de la temporada. 

Aldo Ruiz
Enlaces relacionados:
Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s