CALIFICACIÓN.-  EXTRAORDINARIA: 10

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Emocionante, original, desgarradora y estéticamente portentosa, así es ‘DANZAD MALDITOS’, la última propuesta de Alberto Velasco, que se acaba de estrenar en el FRINJE, y que será, sin duda, uno de los espectáculos estrella de la próxima temporada teatral. 

2015 es, sin duda, el año de Alberto Velasco, uno de los artistas más destacados del momento. Protagonista de ‘Vis a vis’, y reciente ganador del premio Max al espectáculo revelación por ‘Los nadadores nocturnos’, este todoterreno de las artes se lanza al vacío en su nueva obra, ‘Danzad Malditos’, -con la que se acaba de inaugurar el FRINJE-, una propuesta ambiciosa, muy arriesgada y que nunca antes se ha hecho en España.  Pero como dice el refrán, el que no arriesga, no gana. Y este es, precisamente, uno de los lemas que han caracterizado la carrera de este enorme artista, el de arriesgar. Y en ‘Danzad Malditos’ no iba a ser menos. Tras siete meses de intensos ensayos y de muchísimo riesgo, el resultado no podía ser mejor. ¡Nos encontramos ante un ESPECTÁCULO BRUTAL!. Alberto Velasco sale triunfante de este reto mayúsculo. Él sabía muy bien lo que se traía entre manos y ha apostado a caballo ganador.

‘Danzad malditos’ es una innovadora pieza de danza, teatro y competición, cuyo texto –realizado por Félix Estaire-  está inspirado libremente  en la película de Sidney Pollack ‘Danzad, danzad, malditos’.  Un espectáculo que recrea  las maratones de danza de los años 20 y 30 en Estados Unidos. Las parejas compiten en directo para poder continuar en la obra y se les va eliminando sucesivamente si no superan las distintas pruebas -de estética, de habilidad, de azar, etc…-. Por tanto, cada función será siempre diferente, nunca habrá dos iguales.

Partiendo de este genial planteamiento, y tratándose de una competición, lo primero que debe haber es un maestro de ceremonias, interpretado para la ocasión por Rulo Pardo, magnífico como siempre. Derrochando un cruel y mordaz sentido del humor, el actor dirige -como nadie- esta particular batalla de baile en la que los concursantes se dejan la piel en cada una de las pruebas. Dando vida a estos valientes hay un maravilloso grupo de actores formado por Guillermo Barrientos, Carmen del Conte, Karmen Garay, José Luis Ferrer, Rubén Frías, Nacho Mateos, Nuria López, Sara Párbole, Txabi Pérez, Sam Slade y Ana Telenti. Todos ellos están realmente magníficos en sus respectivos papeles y nos brindan momentos inolvidables.

‘Danzad malditos’ cuenta con una espectacular escenografía -diseñada por Alessio Meloni- que recrea una gran nave destartalada y una platea cubierta de arena donde los concursantes se parten el alma.  Al compás de las canciones de Edith Piaff,  la música original de Mariano Marín y con la voz en directo de Verónica Ronda, la obra transcurre a un ritmo trepidante y hay momentos que te dejan verdaderamente sin aliento como aquellos que muestran la desesperación de los concursantes al ser eliminados.

A medida que transcurren los noventa minutos, me han ido surgiendo muchos paralelismos con la época actual. Porque lo que ocurrió en aquellos años de la gran depresión americana podría estar pasando perfectamente en nuestros días. En esta época de crisis, donde hay tanta gente pasándolo mal -¿cuántas personas no estarían dispuestas a dar, incluso, la vida por un premio millonario?-. Salvando las distancias, esto es lo que se puede ver actualmente en los realities de tv; concursantes que son capaces de hacer cualquier cosa con tal de llevarse  el ansiado maletín. Y como en todo reality que se precie, en ‘Danzad malditos’, el público también juega un papel determinante. Alberto Velasco ha tenido la revolucionaria idea de asignar a los espectadores un papel decisivo a la hora de elegir quién debe ganar la competición. Este novedoso planteamiento puede provocar que, el público no habitual de este tipo de espectáculos, y más próximo al lenguaje televisivo, vaya también a ver ‘Danzad Malditos’. Me parece, sin duda, una idea genial.

Emocionante, original, desgarradora y estéticamente portentosa, con momentos de una belleza sublime -como ese precioso final donde los ganadores pasean su victoria-. Así es la última propuesta de Alberto Velasco, un hombre dotado de  un talento descomunal, y una admirable valentía para poner en marcha un proyecto de tal envergadura,  que está llamado a convertirse, sin duda,  en uno de los espectáculos estrella de la próxima temporada teatral.

Aldo Ruiz

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