CALIFICACIÓN.- EXTRAORDINARIA: 9’3
La Joven Compañía se enfrenta, quizás, al proyecto más ambicioso de su carrera con el ‘Proyecto Homero’. La adaptación de ‘La Ilíada’ por parte de Guillem Clua y de ‘La Odisea’ de la mano de Alberto Conejero constituyen, sin duda, uno de los acontecimientos teatrales más importantes del año. La primera parte de la saga se estrenó ayer en un pase matinal para institutos y El Teatrero quiso estar allí. En el Conde Duque pudimos comprobar, una vez más, el enorme talento de este grupo de jóvenes que, en esta ocasión, nos deleitan con una precisa y hermosa versión de ‘La Ilíada’.

Víctor de La Fuente y Juan Frendsa en una de las espectaculares batallas de ‘La Ilíada’.
Había una enorme expectación por ver a La Joven Compañía dando vida a los Aquiles, Héctor, Paris y resto de personajes de la mastodóntica obra de Homero. Meterse en la piel de los protagonistas de La Ilíada era hablar de palabras mayores pero, tras el pase realizado ayer por la mañana, podemos asegurar que los jóvenes han salido victoriosos del titánico reto, dejándonos un gran sabor de boca en esta primera parte de la saga homérica.
Y es que Guillem Clua ha realizado una exquisita adaptación. Con enorme talento y suma precisión, el dramaturgo nos relata en 95 minutos las grandes gestas que ocurren en La Ilíada, recreando brillantemente algunas de las épicas batallas que todos tenemos en nuestra memoria. Sin embargo, Clua tampoco se olvida de otros aspectos esenciales que impregnan la obra de Homero como son el amor, la belleza y la piedad; tres elementos que están perfectamente reflejados en esta historia que comienza nueve años después del rapto de Helena por parte de Paris, cuando el ejército aqueo ha conseguido poner Troya bajo sitio. La guerra parece llegar a su fin, pero Aquiles se retira de la batalla tras una disputa con el rey Agamenón. Esa decisión cambiará el rumbo de la guerra y hará que la tragedia se desboque en ambos bandos.

Los quince actores de ‘La Joven Compañía’ relatándonos ‘La Ilíada’ de Homero
Partiendo del texto de Clua, José Luis Arellano ha creado una puesta en escena sencilla pero muy efectista basada, ante todo, en la gran interpretación de quince actores que, sobre una platea giratoria negra y con proyecciones al fondo, nos van desgranando los episodios más importantes de una historia plagada de luchas épicas. La recreación de estos combates son, precisamente, uno de los puntos fuertes de este montaje. Andoni Larrabeiti ha hecho un trabajo sensacional en el diseño coreográfico de estas batallas regalándonos imágenes estéticamente increíbles y de una gran belleza plástica. Larrabeiti nos sorprende una vez más -incluso aparece en escena como soporte- demostrando su inmensa capacidad para crear movimientos. Me gustaría destacar el hermoso combate entre Paris (Víctor de la Fuente) y Menelao (Juan Frendsa) ante la presencia de la mujer de ambos, Helena de Troya. Los dos contrincantes dirimen una espectacular pelea -magníficamente coreografiada- aunque no alcanza los tintes trágicos del desgarrador duelo entre los poderosos Héctor (Alejandro Chaparro) y Aquiles (Álvaro Quitana). Además de por su estética portentosa, estas escenas destacan por su trepidante ritmo. Con diálogos ágiles y entrecruzados, los quince actores van narrando las batallas a toda velocidad, adquiriendo especial protagonismo los dos contrincantes de la misma, quienes describen con todo detalle sus propias impresiones.
Pero no solo hay guerra en esta versión de La Ilíada. También hay hueco para el amor. Precisamente uno de los momentos más emotivos es el monólogo de María Romero en la piel de Helena de Troya, en el que cuenta cómo abandonó a su marido (Menelao) y a su familia por el amor que le profesaba a Paris. Sacrificó todo por amor. María está fantástica, envuelta en un precioso traje blanco y destilando verdad en toda su interpretación. Especialmente brillante por parte de Clua y Arellano es la escena a dos bandas en la que se entrecruzan las conversaciones de los matrimonios formados por Héctor y Andrómaca y por Paris y Helena. Una escena que determina claramente que Héctor es un hombre que se mueve por honor mientras que Paris se mueve por amor. Otro momento de gran contenido dramático es el monólogo de Patroclo, -al que da vida un gran Javier Ariano-. El actor consigue conmovernos y emocionarnos al relatar el episodio en el que suplanta a Aquiles, -su amante y su héroe-, siendo finalmente sacrificado por Héctor. Ariano está sensacional y su actuación es una de las sorpresas más agradables de la obra.
Y para embellecer esta historia plagada de muertes y dolor, José Luis Arellano se apoya en una espléndida banda sonora compuesta por Mariano Marín quien ha elegido dos míticas canciones de Edith Piaff como ‘La vie en rose’ o ‘Non, je ne regrette rien’ para generar una atmósfera realmente especial. Siempre que se habla de amor, suena de fondo la diva francesa. Sin duda, todo un acierto, al igual que la magnífica iluminación de Juanjo Llorens y el fabuloso vestuario de Silvia de Marta.

Alejandro Chaparro (Héctor) y Katia Borlado (Andrómaca) es una de las escenas más brillantes de ‘La Ilíada’ de La Joven Compañía.
Además de María Romero y Javier Ariano, todos los actores realizan un trabajo soberbio, -como es habitual en ‘La Joven Compañía’, siendo ésta una de sus principales señas de identidad-. Víctor de la Fuente, elegante y con una magnífica dicción, derrocha clase como Paris. Maravillosa Katia Borlado como Andrómaca al igual que Cristina Gallego dando vida a la visceral Casandra. Suyo es el brillante monólogo final sobre el sentido de la guerra. También relucen en esta Ilíada Alejandro Chaparro como Héctor -cada día con más presencia escénica-, Juan Frendsa en la piel de Menelao, Juan Carlos Pertusa como Agamenón y el carismático Álvaro Quintana dando vida a Aquiles, que nos brinda un potente arranque en el que dice aquello que ‘la verdad es la primera víctima de la guerra’. Completan el reparto Cristina Bertol, Jota Haya, Carmen Ibeas, Samy Khalil, Jesús Lavi y Álex Villazán. Quince fantásticos actores que se dejan la piel sobre el escenario del Conde Duque. Con ellos comienza esta Ilíada y, con ellos mismos termina -a un ritmo endiablado-, mientras relatan los últimos acontecimientos de la vida de Aquiles, Paris, Helena…. Los quince protagonistas unen sus voces y nos brindan una hermosa canción, dando paso al siguiente capítulo de la saga, ‘La Odisea’. Pero esa será otra historia que os contaremos en unos días. CONTINUARÁ…
Aldo Ruiz
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