CALIFICACIÓN.- 5
Era uno de los montajes que más expectación había causado al ver la programación del Teatro Español 2022-2023. Un texto de Juan Mayorga siempre es un acontecimiento. Sin embargo, el resultado dista mucho del esperado. La reacción del público lo dice todo (solo hay que ver el vídeo). Tras ochenta minutos de función, los espectadores que llenaban la Sala Fernando Arrabal del Matadero aplaudían con tibieza (aunque con respeto) la actuación de los tres protagonistas: Ginés García Millán, Daniel Albaladejo y José Luis García-Pérez -también director del montaje-. Mira que son buenos los tres… pero este texto es imposible de reflotar (a pesar de ellos) aunque lleve la firma de uno de los grandes genios del teatro español y nuestro dramaturgo más traducido a nivel internacional.
Y es que ‘Amistad’ es una obra escrita por Mayorga, aunque no lo parezca. El prestigioso autor y Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2022 regresa los escenarios madrileños con esta comedia fallida que aborda la amistad de tres amigos -desde la infancia- a través de un ‘juego’ que solo funciona hasta el minuto 30, momento en que termina el primer acto. A partir de ahí, la comedia se desinfla sorprendentemente y transcurre de forma plana, sin rumbo y, lo que es peor, sin pretensiones. De hecho, cuando se aproxima el final del segundo acto y todo apunta a que Mayorga se sacará un as de la chistera que eleve la trama, ocurre más de lo mismo; nada. Solo el buen hacer de los tres intérpretes logra mantener cierto interés, especialmente la actuación de Ginés García Millán -magnífico durante toda la obra- y su face to face en el primer acto con José Luis García-Pérez, también director del montaje.
Nos resulta difícil entender que el autor de obras como ‘Animales nocturnos’, ‘El chico de la última fila‘, ‘La lengua en pedazos’ o ‘El cartógrafo’ –por poner solo algunos ejemplos- sea el mismo que haya escrito ‘Amistad’. No cabe duda de que todos somos humanos y de que los genios también se pueden equivocar. Hasta ahí, todo normal. Pero es que esta obra no parece de Mayorga. Su teatro, en líneas generales, tiene una gran carga de profundidad, inteligencia, filosofía e, incluso, de matemáticas. Buena muestra de ello es la genial ‘Reikiavik’ que pudimos ver en 2015 en el Teatro Valle Inclán. Independientemente de que unos textos sean más redondos que otros, -incluso de que haya algunos que nos han gustado menos como es el caso de ‘Silencio’, a pesar de la portentosa interpretación de Blanca Portillo-, existen elementos que hacen inconfundible el teatro de Mayorga que, en ‘Amistad’, no encontramos por ningún sitio.
Y, como hemos señalado al principio, la reacción del público lo dice todo y, mucho más, tratándose de una comedia. A lo largo de los 80 minutos que dura la función apenas hubo risas y carcajadas entre los espectadores que llenaban la sala grande del Matadero -y que se mostraban ‘entregados’ al comienzo de la misma-. Y es que los diálogos y las situaciones planteadas por Mayorga no son demasiado ingeniosos o tienen poca gracia, aunque los actores protagonistas sean tres de los mejores de la escena española, como hemos podido comprobar en infinidad de montajes.
Dicho esto, nos gustaría destacar la impecable puesta en escena de José Luis García-Pérez en la que brilla, por encima de todo, el elegante espacio escénico diseñado por Alessio Meloni -que ha vuelto a acertar de pleno una vez más- y la iluminación de Pedro Yagüe.
Lo mejor: la actuación de sus tres protagonistas, especialmente la de Ginés García Millán, y la escenografía.
Lo peor: el texto plano y sin chispa de Juan Mayorga, lo genios también fallan.