‘CONTRATIEMPOYMAREA’: MAGISTRAL ACTUACIÓN DE DAVID GONZÁLEZ COMO UN PAYASO-VAGABUNDO EN UNA EXCEPCIONAL COMEDIA DE HUMOR ABSURDO CON TINTES FILOSÓFICOS

CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8’5

‘Contratiempoymarea’ se ha convertido en una de las mayores sorpresas de la cartelera madrileña en estas últimas semanas. Sonia Madrid es la autora de esta divertidísima comedia en la que dos payasos-vagabundos reflexionan sobre cuestiones trascendentales de la vida en tono de humor absurdo. El resultado es un montaje espléndido y que rezuma verdad, dirigido con enorme solvencia por Raquel Pérez y protagonizado por David Gónzalez, genial en la piel de Domingo, e Iván Villanueva, fantástico dando vida a Plácido. Martes, Miércoles y Jueves, hasta el 7 de junio, se puede disfrutar de esta obra en la Sala Intemperie.
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Iván Villanueva y David González, los dos protagonistas de ‘Contratiempoymarea’

‘Contratiempoymarea’ es una de esas pequeñas joyas con las que, de cuando en cuando, nos sorprende la cartelera madrileña. Estamos ante un montaje tremendamente especial en el que todos los elementos confluyen para obtener algo que desprende verdad. Y efectivamente, así es: Sonia Madrid ha elaborado un texto con alma, hermoso y profundo pero, al mismo tiempo, muy divertido. La filosofía y el existencialismo también están presentes en esta historia en la que, por encima de todo, subyace una pregunta: -¿Cómo han llegado esas dos personas a vivir así, en la calle, en una situación tan desesperante y de absoluta miseria?. Pero lejos de caer en dramatismos y sentimentalismos, Sonia enfoca -inteligentemente- el tema a través del humor absurdo y el resultado no puede ser más efectivo. Los dos personajes creados por la dramaturga son absolutamente fascinantes; Plácido y Domingo. Dos hombres que en su día fueron payasos pero que, por circunstancias de la vida, han terminados sus días como mendigos aunque eso sí, sus almas singuen perteneciendo al circo, por eso ellos se maquillan todos los días para salir en calle. 

La historia comienza un día en un parque, en el que se encuentran Plácido y Domingo por primera vez. Es raro que, llevando tanto tiempo frecuentando ese submundo, no se hubieran visto  hasta ahora. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Los dos payasos se conocen y rápidamente se establece entre ellos una fuerte conexión. Sus primeras conversaciones no tienen desperdicio alguno; los diálogos son realmente absurdos y, aunque se habla de temas muy importantes, es inevitable no echarse a reír. Las carcajadas empiezan a brotar por la Sala Intemperie desde los primeros minutos. Este es, sin duda, unos de los grandes aciertos del montaje; el humor absurdo y con doble sentido que utiliza el personaje de Domingo (David González). Para nosotros, este  es el motor de la obra. 

A través de sus conversaciones, iremos conociendo la personalidad de cada uno de ellos, sus hobbies,  su orientación sexual, si tienen pareja, etc… Este es un tipo de teatro en el que la palabra se alza como absoluta protagonista. Aquí no hay unos decorados espectaculares, ni una gran escenografía y tampoco es una historia complicada llena de giros y enredos. ¡No!. Lo más importante de este historia es que se está retratando un pequeño trozo de la vida de dos personajes –muy especiales- que tienen mucho en común con Vladimir y Estragón. Ellos, Placido y Domingo, también esperan a su particular Godot, pero nunca llega. 

Además del texto de Sonia Madrid, el segundo gran puntal de la obra es la figura de David González. Para nosotros, él es el verdadero alma de ‘Contratiempoymarea’. Se pueden decir muchísimas cosas acerca de su actuación, pero la que mejor la define sería «magistral». David realiza una interpretación para quitarse el sombrero, (con un registro totalmente diferente a aquella otra que hacía en ‘Añicos’ y en la que también nos cautivaba). Ya en su primera aparición nos saca inmediatamente una sonrisa con esa manera tan graciosa de caminar, a través de minipasitos. Y, en cuanto vemos el cartel con el que pide dinero, nos percatamos de que es esquizofrénico. David ha compuesto este personaje de forma sensacional, con mucho cariño y respeto. La verdad es que este papel es un caramelo envenenado para cualquier actor. Si no lo haces de manera brillante, puede rayar en el ridículo. Ahora bien, si lo haces prodigiosamente como es el caso, la lluvia de elogios será incesante. Y es que David borda todos los matices del personaje ‘Domingo’ -y eso que no era nada fácil-, transmitiendo perfectamente la locura, la humanidad, el deseo, la alegría, la tristeza, la nostalgia, la maldad, el miedo…. En definitiva; David está magistral dando vida a Domingo, y haciendo un verdadero alarde de expresión corporal y gestual. De hecho, los gestos que le imprime a su cara y a sus ojos durante toda la función son la mejor prueba de que estamos ante un intérprete excepcional. Muy pocos actores de este país pueden hacer lo que él hace en esta obra.

Iván Villanueva, por su parte, también está a un magnífico nivel encarnando a Plácido, un payaso-vagabundo mucho más calmado, menos locuaz que Domingo y, por supuesto, menos gracioso. Pero esto no significa, ni mucho menos, que su actuación esté un escalón por debajo de la de su compañero. De todos es sabido que en las obras/películas/cuentos protagonizad@s por payasos, siempre hay uno que tiene que ser el triste y, otro, el simpático (para que la relación entre ellos funcione y haga gracia). Pues bien, aquí Villanueva sería el payaso triste y González, a pesar de su esquizofrenia, encarnaría al payaso simpático. Y lo cierto es que la química entre ellos funciona a la perfección y ambos nos regalan momentos memorables. De hecho, hay partes del texto que son tan buenas, que habría que escucharlas una y otra vez porque se dicen verdades tan grandes y, además, en un tono de humor negro, que nos estaríamos riendo durante horas. 

Por último quiero destacar la excelente labor que ha hecho Raquel Pérez como directora. La actriz, que también es cantante, profesora, coach, y muchas más cosas, ha sido muy inteligente a la hora de llevar a cabo este montaje. Y es que, teniendo entre manos un texto tan poderoso, y a dos actores de este nivel, ella se ha decantado por el ‘MENOS ES MAS’. Y el resultado le ha dado la razón. La puesta en escena es brillante, tremendamente cercana y sencilla, y en la que todo el protagonismo recae en el texto y en las actuaciones de los dos intérpretes. Es, como si en el cine, pusiéramos una cámara fija, sin más, y le diéramos al ‘Rec’. No hacen más artificios ni más parafernalia cuando tenemos dos grandes actores /personajes que desprenden verdad por todos los poros de su cuerpo. 

‘Contratiempoymarea’ es, sin duda, una de las sorpresas más agradables que nos hemos llevado en estos últimos tiempos. Una joya altamente recomendable y que nadie debería perderse. Aún quedan cinco funciones -hasta el 7 de junio- para que estos dos payasos tan especiales sigan regalando sonrisas y haciéndonos reflexionar en la Sala Intemperie. 

Aldo Ruiz

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