CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 7’7
En el ‘Teatro Fígaro’ tiene lugar uno de los monólogos con más éxito de los últimos tiempos, ‘De Caperucita a Loba en solo seis tíos’, escrito y protagonizado por Marta González de Vega. En él, la actriz y guionista de televisión consigue arrancar, durante noventa minutos, las risas y las carcajadas del público -femenino en su mayor parte o parejas- reflexionando sobre el mundo de las relaciones. Los viernes, sábados y domingos tenéis una cita con esta divertidísima mujer que está revolucionando el género del monólogo en la capital.
¿Qué hay que hacer para pasar de «Caperucita» a «Loba» y no sufrir en el intento?. Marta González de Vega tiene la lección muy bien aprendida. Ella ha hecho un estudio muy concienzudo sobre el mundo de las relaciones basado en el conocido método de ensayo y hostión. Y tras muchos hostiones se ha dado cuenta de que el mejor remedio para superar el patetismo post-amoroso es a través de la risa. Según ella, en el amor todos funcionamos de la misma manera y somos igual de patéticos y, por tanto, la única forma de disfrutar de él, es aplicar esta máxima: “El que ríe el último… ha perdido un tiempo precioso”.
A lo largo de noventa minutos, en su viaje por el universo masculino y en el camino de conversión de Caperucita a Loba, Marta nos va enseñando las conclusiones universales que ha sacado de este estudio. Y, para poder pasar la revalida, lo primero que hay que hacer, es conocer todos los especímenes que pueblan la fauna masculina. Una vez que das este paso, todo irá viento en popa para transformarte en una verdadera loba. Según el estudio de Marta, los hombres se pueden englobar en seis categorías diferentes: La primera sería el rollo de una noche. El segundo tipo de hombre es el amigo con derecho a roce. El tercero; el flipao. El cuarto; el que reaparece. El quinto; el bueno. Y el sexto, el amor de tu vida (un rato). A medida que la actriz nos habla de cada especie, vamos viendo -proyectados en una pantalla- ejemplos de cada susodicho e, incluso, escuchamos algunas de sus declaraciones. Así, por tanto, la identificación será mucho más sencilla.
Durante su exposición, Marta hace muchísimas referencias a Eduardo Punset y a su libro ‘El viaje al amor’ en el que el escritor nos presenta las claves científicas para comprender el amor, sus condicionantes y sus fases: el componente genético, el deseo sexual, la química y la imaginación, la elección de pareja, el compromiso parental, el desamor… Esta es, precisamente, una de las razones del éxito de este monólogo. Además de ser gracioso, y estar contado con mucho ingenio, las teorías de Marta tienen una base científica. Así lo demuestran las continuas referencias a Punset y las divertidas imitaciones que hace la actriz del famoso presentador de ‘Redes’.
Las relaciones hombre-mujer o las diferencias de género siempre han sido temas muy recurrentes en el mundo de los monólogos y, muy rentables, por otra parte. Que se lo digan si no a Nancho Novo y a su ‘Cavernícola’, que lleva más de diez temporadas triunfando en la cartelera madrileña. Lo que diferencia ‘De Caperucita a Loba en solo seis tíos’ de otros monólogos del mismo tipo es su original planteamiento; se puede contar lo mismo de una manera más ocurrente y Marta ha encontrado la fórmula del éxito conquistando al público con ingenio, frescura y una gran cercanía, consiguiendo que todas esas personas que van a ver su espectáculo -sobre todo las mujeres- se sientan completamente identificadas con las «bochornosas» y desternillantes situaciones por las que ha tenido que pasar nuestra particular caperucita. Se nota, además, que Marta -aparte de actriz- es guionista y sabe cómo contar las cosas de una forma muy divertida e ingeniosa, potenciado la expresividad de su cara. Y, para más inri, esta mujer tiene talento para la música. En varias partes de su monólogo, ella se atreve a hacer versiones de grandes clásicos con letras adaptadas al mensaje que quiere lanzar. Y la verdad es aquí también nos deja con la boca abierta, sobre todo, cuando versiona a la Jurado en ‘Como yo me río’ o ‘Como una loba’. Ahora entendemos las razones por las que Marta González de Vega ha podido convertirse en una auténtica loba siendo tan solo una humilde Caperucita: lo ha conseguido a base de puro talento.
Aldo Ruiz
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