CALIFICACIÓN.- NOTABLE: 7’6
Tras cosechar un enorme éxito, primero en el Teatro Kamikaze y luego en el Español, Clara Sanchis regresa a los escenarios, en esta ocasión al Teatro Galileo, con ‘Una habitación propia’, un monólogo en el que la actriz se mete en la piel de Virginia Woolf reivindicando, como gran feminista que era, el papel de las mujeres a lo largo de la historia del arte y de la literatura, que siempre han sido ‘maltratadas’. María Ruíz es la encargada de adaptar el famoso ensayo de la autora británica y de llevarlo a las tablas.

Clara Sanchis da un auténtico recital encarnando a la escritora Virginia Woolf en ‘Una habitación propia’.
‘Una habitación propia’ es una de las obras más famosas de Virginia Woolf, quien la escribió en 1929. Estamos ante un ensayo que expone las dificultades de las mujeres para consagrarse como escritoras en un mundo dominado por los hombres y en el que ellas han estado siempre completamente anuladas. De ahí su famosa frase: «Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción». Esta obra fue redescubierta en 1970 y desde entonces se ha convertido en uno de los textos más citados del movimiento feminista. El año pasado María Ruíz y Clara Sanchis decidían llevarlo a escena con un enorme éxito. Tras llenar el Kamikaze, este año se reponía en el Teatro Español a comienzos de temporada y ahora el montaje regresa al Galileo hasta el 14 de enero.
No voy a ser yo quien ponga en duda la calidad de esta adaptación pero, en un primer análisis, quiero decir que este montaje tiene una cosa muy buena y, otra, no tanto. La buena; la exquisita actuación de Clara Sanchis que, en la piel de Virginia Woolf, da un auténtico recital interpretativo. La mala; es que no es una obra para todos los públicos. El contenido tan feminista y expuesto de una manera tan densa provoca la desconexión de algunos sectores del público -entre los que me incluyo- en determinados momentos de la obra. Sin embargo, cada frase reivindicativa de Virginia Woolf en boca de Clara Sanchis era alabada y jaleada por las muchas mujeres que llenaban la sala del Teatro Galileo -también había muchos caballeros- el día del reestreno, el pasado 7 de diciembre.
Quiero decir con esto que ‘Una habitación propia’ es una obra destinada fundamentalmente a las mujeres. A mí, particularmente, aunque Virginia Woolf me parezca fascinante y la temática sea sumamente interesante, creo que la adaptación tan convencional realizada por María Ruíz no ayuda a que llegue con más determinación a otros sectores del público. Ruíz dirige el montaje con mucha sencillez y elegancia dejando todo el peso de la obra en la actuación de Clara Sanchis. Para ello, se sirve de una escenografía muy simple; una mesa de escritorio y una silla, un montón de folios y en uno de los lados, un piano, que toca la propia actriz en algunos momentos de la función. El montaje, por tanto, aunque correcto, peca de falta de originalidad. En estos tiempos que corren se podría haber hecho una propuesta más arriesgada y más contemporánea que acerque a Virginia Woolf a un abanico más amplio de espectadores.
Dicho esto, ‘Una habitación propia’ es una obra que hay que ver sí o sí para deleitarse con la soberbia actuación de Clara Sanchis, que da un auténtico recital en las tablas del Galileo. Sus gestos, sus miradas, su voz, su expresión corporal… todos y cada uno de los matices de Virginia Woolf son clavados por una actriz en estado de gracia que tiene al personaje completamente mimetizado. Es increíble cómo va hilando una frase con otra con una delicadeza exquisita. Es una interpretación magistral, hecha con muchísimo gusto. Un auténtico deleite para cualquier espectador. Y, además, no solo actúa, Clara también toca el piano -con la misma maestría- en determinados momentos de la obra, siendo la autora de la música a partir de fragmentos de Bach. Nos encontramos, sin duda, ante una de las mejores interpretaciones femeninas del año en un montaje demasiado convencional.
Aldo Ruiz
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