GAMBERRA Y DIVERTIDA, RABIOSAMENTE ACTUAL Y REBOSANTE DE AMOR, ASÍ ES ‘LA JOVEN REVOLTOSA» DE GUILLEM CLUA Y JOSÉ LUIS ARELLANO

CALIFICACIÓN.- SOBRESALIENTE: 9

La semana pasada, del 1 al 5 de Marzo, el Teatro de la Zarzuela se llenaba de jóvenes que disfrutaron, por primera vez, de la famosa historia de amor entre Felipe y Mari Pepa. El dramaturgo Guillem Clua y José Luis Arellano -director de La Joven Compañía- han hecho un trabajo espléndido versionando una de nuestras zarzuelas más populares, «La Revoltosa». Una adaptación sorprendente y rompedora -hecha por jóvenes y para jóvenes- que ha cosechado un gran éxito y que deseamos que vuelva muy pronto al Teatro de la Zarzuela. 
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Así de espectacular lucía el escenario del Teatro de la Zarzuela en esta particular ‘revoltosa’ ideada por  Guillem Clua y José Luis Arellano.

Versionar un clásico es una tarea muy complicada  y, más aún, tratándose de una pieza tan popular como «La Revoltosa» y, para más inri, cuando se adapta para el público más joven. Por eso, tiene aún más mérito lo que han hecho Guillem Clua y José Luis Arellano en esta adaptación. Con un grupo de jóvenes cantantes y actores -elegidos tras un proceso de audiciones- y un grupo de cámara, han logrado hacer una revoltosa fresca, muy original, divertida, gamberra, con continuas referencias a la actualidad y, por supuesto, manteniendo -en todo momento- la esencia de la obra original de finales del siglo XIX, donde el amor prevalece sobre todas las cosas. El resultado es un montaje espléndido y muy sorprendente. 

La historia original escrita por José López Silva y Carlos Fernández se desarrolla en un patio de vecinos, pero Guillem Clua ha decidido trasladar la acción a un parque donde un grupo de jóvenes se reúne a charlar, hacer botellón, ligotear, etc… Allí, Felipe, uno de los chicos del barrio, presume de ser el único que se resiste a los encantos de Mari Pepa, una joven recién llegada al lugar que está causando estragos entre todos los jóvenes que se derriten ante la chica más popular de Instagram. Felipe, sin embargo, pasa de ella, o eso quiero hacer creer al resto porque, en el fondo, está totalmente coladito por sus huesos. Igualmente, Mari Pepa siente celos cuando ve a Felipe con otras muchachas. Pero, aunque ambos están pillados mutuamente, simulan un desprecio que no sienten. Un día, todos los jóvenes se van a la verbena y Mari Pepa y Felipe se quedan solos. Los dos vuelven a tirarse pullitas hasta que finalmente acaban reconociendo su amor. Desde este momento llevarán su relación en secreto. Un romance, sin embargo, que no será nada fácil porque los celos se apoderan de Felipe que no soporta que Mari Pepa sea la chica más popular de las redes y no pare de acumular «likes» entre los jóvenes más apuestos de la zona. A su vez, todas las chicas del barrio están ‘picadas’ con Mari Pepa porque sus novios no les hacen caso y beben los vientos por ella. ¿Cómo terminará esta historia de enredos y pasiones con la mítica música de Ruperto Chapí de fondo?

Siguiendo la estela de ‘La Ilíada’, Guillem Clua utiliza -en su dramaturgia- un recurso que, aquí, también funciona de manera genial, y es el potente arranque en el que todos los actores -de pie sobre el escenario- van narrando entre todos, con un ritmo trepidante, cómo ven ellos ‘La Revoltosa’, al mismo tiempo que nos cuentan cuáles son sus lugares emblemáticos de Madrid. El texto de Clua es magnífico y está plagado de continuas referencias a la actualidad; en un momento dado, por ejemplo, uno de los protagonistas dice que es como el Atleti, que nunca va a ganar la Champions; en otra escena, un personaje le suelta al otro ‘cara anchoa’. Por no hablar del uso constante de las nuevas tecnologías y de las redes sociales. Concretamente, Guillem tiene la habilidad de convertir a Mari Pepa en una fanática de Instagram que se pasa todo el día subiendo selfies y retransmiendo su vida en directo. Esto hace que los jóvenes se «traguen» la historia sin parpadear, además de sentirse completamente identificados con todo lo que están viendo, ya que, para la mayoría, ése es su día a día. 

Basándose en el magnífico trabajo de Guillem, José Luis Arellano nos brinda una sensacional puesta en escena. Como demostraron anteriormente en ‘La Ilíada’, el tándem entre ambos funciona a las mil maravillas y el director es capaz de sacar lo mejor del texto del dramaturgo. Se nota que los dos hablan el mismo idioma. En esta puesta en escena llena de colorido y movimiento, hay que destacar -cómo no- la extraordinaria labor de Andoni Larrabeiti en la coreografía que ha creado números musicales increíbles, como por ejemplo, el número de apertura de las sillas o aquel otro maravilloso en el que los chicos preparan la verbena y hacen de postes sujetando las banderas ¡Espectacular!. También es muy efectista y sorprendente el número de ‘la encerrona’ en el que lo actores se mueven a oscuras con las linternas. Larrabeiti, como siempre, hace un trabajo increíble y no deja de sorprendernos con cada una de sus coreografías. No puedo olvidarme tampoco del fantástico diseño de luces de Juanjo Llorens, la escenografía de Silvia de Marta  -muy sencilla pero totalmente acorde al concepto del montaje- y las videoproyecciones de Álvaro Luna basándose en las redes y el Instagram. Con todos estos elementos, Arellano nos ofrece un magnífico montaje; dinámico, directo y muy cercano a los jóvenes. 

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Imagen preciosa de uno de los números espectaculares de ‘La Revoltosa’ que cuenta con unas espléndidas coreografías de Andoni Larrabeiti.

Uno de los puntos fuertes de la obra es, sin duda, la grandísima interpretación de todos los integrantes del elenco que, muy bien dirigidos por Arellano, hacen totalmente creíble la historia de Felipe y Mari Pepa adaptada a nuestros días. Quiero empezar por Alberto Frías, que está genial dando vida a Felipe, ese chico que se hace el duro pero que, en el fondo, es un romántico empedernido. Frías realiza una magnífica actuación que destaca por su sentido del humor, su ‘chulería’ y su poderosa voz; un arma por la que también sobresale su compañera Ana Cris Marco, que encarnando a Mari Pepa, se lleva también los aplausos del público. Es evidente la química existente entre los dos y, cada vez que comparten escena, saltan las chispas, como cuando bailan el chotis; sin duda, uno de los momentos más hermosos de toda la obra. Joselu López como Cándido, Josué Miralles en la piel de Tiberio y Javier Ariano encarnando a Atenedoro también juegan un papel muy importante en la historia. Ellos son los tres pretendientes de Mari Pepa, que se pasan los noventa minutos suspirando para que ésta les haga caso, pero no hay manera. Javier Ariano brilla especialmente llevando -nunca mejor dicho- la voz cantante y, guitarra en mano, nos muestra su lado más gamberro y más payasete, provocando las risas y las carcajadas de los espectadores. María José Garrido (Soledad), Cielo Fernández (Encarna) y Nuria Pérez (Gorgonia) también están estupendas dando vida a las novias celosas de estos tres pretendientes. Además de Ariano, también hay otros dos personajes muy divertidos, el señor Candelas -con su particular acento argentino, magníficamente interpretado por Felipe Forastieri- y ‘Chupitos’ al que encarna Natán Segado. Todos los actores están fantásticos y se adaptan perfectamente al registro juvenil perfilado por Clua y Arellano.  

Y, tratándose de una zarzuela hay que destacar, cómo no la excelente labor de David Rodríguez como director musical que está al frente de un pequeño grupo de músicos que, en algunos momentos -incluso-, son también participes de la historia. La verdad es que esta ‘joven revoltosa’ de Guillem Clua y José Luis Arellano ha sido muy bien recibida por los adolescentes. Para mí, como espectador, es completamente fascinante ver las caras de todos ellos mientras asistían a los amoríos de Felipe y Mari Pepa. Estaban completamente absortos en la historia y, según iba transcurriendo la misma, aplaudían fervientemente, se enfadaban o incluso coreaban -para bien o para mal- cada uno de los avatares de los protagonistas. El público estaba totalmente entregado. Esto pone de manifiesto, como ya ocurriera hace unos meses con «¡Como está Madriz!» de Miguel del Arco, que los aires nuevos le sientan muy bien a la zarzuela -aunque también tengan sus detractores-. Yo abogo por la modernización de este género, al menos, a que se hagan versiones actuales para otros públicos. Muchas veces las grandes zarzuelas no llegan a los más jóvenes porque se han quedado anticuadas en su manera de ser contadas, y es una pena. Guillen Clua y José Luis Arellano han abierto el camino demostrando que los adolescentes también pueden entonar aquello de «Ay Felipe de mi almaaaaa…. Mari Pepa de mi vidaaaaaa».

Aldo Ruiz

Fotografías: Javier del Real

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