CALIFICACIÓN.- SOBRESALIENTE: 9
‘Oceanía’ es el testamento artístico y vital de Gerardo Vera, el último proyecto que parió antes de que el coronavirus se lo llevara prematuramente y, sin duda, el más personal de su vida. Hasta el 24 de abril, en el Matadero, se representa este magnífico monólogo dirigido por José Luis Arellano que parte del bellísimo texto escrito, mano a mano, por Gerardo Vera y José Luis Collado. Carlos Hipólito rinde homenaje al genial escenógrafo metiéndose en su piel y brindándonos una actuación llena de emoción y verdad.
‘Oceanía’ es un montaje tremendamente especial por muchos motivos. El primero de ellos es que es el relato de una vida apasionante: la de Gerardo Vera. Un hombre verdaderamente excepcional que un buen día sintió la necesidad de contar la historia de su vida: su infancia privilegiada en Miraflores de la Sierra, la dolorosa ruina de su familia, el nacimiento de su pasión por el cine, el descubrimiento del amor, el desgarro del desamor, el compromiso político, el odio hacia su padre, la reconciliación a través de la compasión. Y el germen del teatro, su verdadera pasión que le acompañó hasta sus últimos días. Pero, más allá de la vida de Gerardo Vera, ‘Oceanía’ también es el retrato de un país y de toda una época.
José Luis Collado y Gerardo Vera trabajaron, mano a mano, durante meses en este proyecto que, desgraciadamente, el escenógrafo no ha podido ver en vida ya que falleció el 20 de septiembre de 2020 a causa del coronavirus. Collado confiesa que, poco antes de morir Vera, le prometió que sacaría adelante este proyecto y, desde entonces, se convirtió en una auténtica obsesión para él. Ahora, en marzo de 2022, el montaje por fin ha visto la luz. Esas cientos de páginas de la biografía de Vera han quedado plasmadas en un monólogo hermosísimo que desprende verdad y emoción a raudales. Un montaje del que Gerardo Vera se sentiría profundamente orgulloso.
Pero, por encima de todo, ‘Oceanía’ es un sentido y profundo homenaje de su familia teatral, encabezada por Carlos Hipólito, que se mete de forma genial en la piel de Gerardo Vera, el ya mencionado José Luis Collado y José Luis Arellano -director habitual de los montajes de ‘La Joven compañía’- que ha recogido el testigo de su maestro y amigo para terminar lo que él había empezado. El resultado es un montaje lleno de belleza y hecho con un gusto exquisito y una enorme delicadeza.
A lo largo de noventa minutos, Carlos Hipólito realiza una actuación fascinante y conmovedora, y vuelve a demostrar por qué es uno de los grandes actores de este país. Desde los primeros compases, Hipólito te atrapa con el relato y las anécdotas cotidianas de la infancia de Vera con sus padres y sus tías, entre otros familiares. Hay algunas de ellas divertidísimas como por ejemplo la del rodaje de ‘Orgullo y pasión’ -película protagonizada por Cary Grant, Sofía Loren y Frank Sinatra- en el pueblo de Gerardo Vera.
‘Oceanía’ es un viaje inolvidable en el que Hipólito transita con maestría por el humor y la comedia, la emoción y el dolor, la nostalgia y la pasión, el amor y el desamor… El actor muestra un dominio absoluto de todos los registros y pasa de uno al otro con una facilidad pasmosa en cuestión de segundos. El magnífico texto de Collado, lleno de anécdotas y matices, sólido y brillante al mismo tiempo, permite a Hipólito sacar lo mejor de su repertorio y deleitar al público con una actuación entrañable y llena de emoción, muchas veces contenida de manera muy hermosa y, en otras ocasiones, más dolorosa llegando incluso hasta las lágrimas.
José Luis Arellano dirige el montaje con un gusto exquisito y muchísima sensibilidad. De hecho, la puesta en escena podría estar firmada por el mismísimo Gerardo Vera. El director habitual de ‘La Joven compañía’ nos brinda una puesta en escena sencilla y elegante, en la que todo el protagonismo (o casi todo) recae en la calidad interpretativa de Hipólito y en el magnetismo del relato de Collado. Todo lo demás son accesorios para embellecer el envoltorio. El espacio escénico es obra de Alejandro Andújar, que ha hecho un trabajo espléndido. Hay muy pocos elementos escenográficos, a los que Arellano saca un gran rendimiento, y una enorme estructura que cuelga del techo, sobre la que se proyectan unas sencillas y bonitas proyecciones que apoyan elegantemente el relato -videoproyecciones creadas por Álvaro Luna con la colaboración de Elvira Ruiz Zurita-. Magnífico también el diseño de luces de Juan Gómez-Cornejo al igual que la ambientación musical y la música original, obra de Luis Delgado.
En definitiva, ‘Oceanía’ es uno de los montajes más hermosos que hemos visto este año. Una propuesta muy personal, rebosante de emoción, verdad y vida. La vida de Gerardo Vera… y su testamento artístico.