CALIFICACIÓN.- NOTABLE: 7’5
Hasta el 7 de noviembre, en el Teatro Fernán Gómez se representa ‘Los Pazos de Ulloa’ de Emilia Pardo Bazán. Eduardo Galán firma una excelente adaptación de la mítica novela dirigida de forma muy elegante por Helena Pimenta. Pere Ponce y Marcial Álvarez, soberbios ambos, encabezan un magnífico reparto que completan Esther Isla, Diana Palazón, Francesc Galcerán y David Huertas.
Coincidiendo con el centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán, en el Teatro Fernán Gómez se representa su obra más emblemática, ‘Los pazos de Ulloa’, sin duda, una de las grandes novela españolas del siglo XIX. Todo un acierto recuperar, en versión teatral, esta historia que aborda la vida rural en Galicia y la decadencia de la nobleza. Esta adaptación que firma Eduardo Galán, en palabras del propio autor, se centra en el enfrentamiento entre la crueldad y el deseo, la pasión y el amor, la violencia rural del mundo caciquil y la cortesía y las buenas maneras de la ciudad. Dos grandes personajes destacan sobre el resto: Julián Álvarez, el apocado sacerdote que llega a los Pazos como administrador de la finca, y don Pedro Moscoso, Marqués de Ulloa, un hombre tirano, rústico e ignorante que tiene aires de gran señor.
Eduardo Galán ha hecho un excelente trabajo y ha sabido plasmar en 85 minutos toda esa atmósfera que se respira en la novela y, lo que es más importante, el alma de los personajes. Helena Pimenta le ha dado continuidad al trabajo de Galán y nos ofrece una puesta en escena clásica y muy elegante. Destacar la escenografía diseñada por José Tomé y Mónica Teijeiro -también autores del maravilloso vestuario-. El espacio escenográfico representa una enorme casa rural, construida en madera, venida a menos. En la parte central hay una puerta que juega un papel fundamental en la puesta escena. A la derecha, una gran mesa en la que comen los señores y, también, la cocina. A la izquierda, una cama que preside la habitación de don Julián. Una sencilla escenografía, a la que Helena Pimenta le saca el máximo rendimiento gracias al diseño de luces de Nicolás Fitchtel y las proyecciones que nos van transportando a los distintos lugares donde transcurre la acción. No nos podemos olvidar tampoco del espacio sonoro y la música original, obra de Iñigo Lacasa.
Uno de los puntos fuertes del montaje es, sin duda, el estupendo reparto. Pere Ponce y Marcial Álvarez encabezan el elenco dando vida a los dos personajes principales. Pere Ponce brilla interpretando al sacerdote Julián Álvarez y transmite a la perfección todos los matices de su personaje: la sumisión, el miedo, la extremada educación… Él lleva el peso de la historia de principio a fin sacando a relucir todas sus virtudes como actor. Junto a él, Marcial Álvarez, soberbio también en la piel de don Pedro, el Marqués de Ulloa. El actor derrocha fuerza y garra sobre el escenario en un papel que se ajusta completamente a sus características.
Completan el reparto: Francesc Galcerán, que borda el personaje de Primitivo, el mayordomo de la finca, un hombre violento y muy listo que controla todos los negocios del marqués y tiene atemorizados a todos los empleados e incluso al propio Don Pedro. Su sola presencia escénica ya resulta imponente. Diana Palazón está perfecta en la piel de Sabel, la hija de Primitivo, que trabaja como cocinera en los Pazos y es la amante de Don Pedro (junto a él tiene un hijo ilegítimo llamado Perucho). Palazón también interpreta a Rita, la prima del Marqués, e hija del Señor de la Lage. Hay que señalar que en esta adaptación solo aparecen dos de las primas de Don Pedro; Rita y Nucha. Un personaje que interpreta Esther Isla. La actriz, que nos tiene acostumbrados a papeles en comedia, cambia completamente de registro y nos ofrece una gran actuación, que refleja de manera fantástica todos los matices de una de las grandes sufridoras de la historia. Completa el reparto David Huertas, muy correcto dando vida al médico de la nóvela y gran amigo del Marqués.
En definitiva, ‘Los pazos de Ulloa’ es una obra plenamente recomendable. Magníficas actuaciones, una acertadísima puesta en escena y una muy buena adaptación, que nos hace revisitar una de las grandes novelas de la literatura española y obra cumbre de Emilia Pardo Bazán.
Aldo Ruiz
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