CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8
Quedan únicamente dos funciones (24 y 31 de enero) para disfrutar en los Luchana de ‘Vete de mis sueños’, una sorprendente comedia protagonizada de manera genial por Antonia Paso y Luis Flor. Este último también es el coautor de la obra junto a Felipe Alonso. Ambos nos seducen con un texto muy original, surrealista y realmente divertido que, en el fondo, esconde un gran drama.

Luis Flor y Antonia Paso protagonizan brillantemente ‘Vete de mis sueños’
Desternillante, alocada, surrealista, psicodélica, hilarante, esperpéntica, ácida e, incluso, negra… Todos estos calificativos sirven para definir esta sorprendente comedia que se representa los viernes en los Teatros Luchana y que han escrito, mano a mano, Luis Flor y Felipe Alonso. Es cierto que, quizás, no sea una obra para todos los públicos porque está hecha con un sello personalísimo, pero lo que sí podemos asegurar es que, cuando te sumerges en la historia y aceptas el tono propuesto por los autores, ‘Vete de mis sueños’ es una gozada y supone una bocanada de aire fresco en la actual cartelera madrileña.
Luis Flor y Felipe Alonso han hecho un trabajo fantástico a la hora de confeccionar este texto realmente divertido pero que, en el fondo, esconde una gran tragedia. ‘Vete de mis sueños’ nos cuenta la historia de Susi (Antonia Paso), una peluquera que vive en el barrio de Vallecas, que tiene una verborrea a prueba de bombas, y que parece haber salido de una película de Almodóvar, al menos, aparentemente. Un día, mientras está trabajando, conoce a Javier (Luis Flor), un joven muy particular que acude a cortarse el pelo y que, además de ser extremadamente tímido, sabe escuchar muy bien. Ella habla y él la escucha y, los dos, tan contentos. A raíz de este encuentro, quién sabe si casual, ella lo invita a cenar. Una cena plagada de escenas hilarantes y que deparará muchísimas sorpresas.
Uno de los grandes aciertos de la obra es la creación de los personajes, Susi y Javier. Parecen muy diferentes entre sí pero tienen muchas cosas en común. Son dos personajes disparatados, surrealistas, llenos de contradicciones, solitarios, que no saben relacionarse con el resto del mundo y que tienen una gran poso de oscuridad. Para más inri, Javier es narcoléptico, un elemento muy importante en la trama y que provoca un sinfín de situaciones rocambolescas, además de ser el germen del título de la obra. (La narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por tendencias del sueño anormales en las que se incluye una excesiva somnolencia durante el día y la alteración del sueño nocturno. También se caracteriza por las alucinaciones durante el periodo de sueño-vigilia).
Nazan L. Bamio dirige el montaje con bastante solvencia dentro de las limitaciones propias de la sala que, con toda seguridad, no es el mejor espacio para que luzca una obra como esta. Aún así, L. Bamio saca el máximo rendimiento a la puesta en escena depositando el gran peso del montaje en los dos protagonistas, sin duda, los pilares fundamentales sobre los que se sustenta ‘Vete de mis sueños’.
Tanto Antonia Paso como Luis Flor realizan dos actuaciones sobresalientes, mucho más de lo que podría parecer a priori. Y es que ambas interpretaciones están siempre bordeando el límite. Durante toda la función, Antonia y Luis parecen dos acróbatas deambulando al filo del alambre. Y es que, al meterse en la piel de dos personajes tan extremos, si no están perfectamente afinados, pueden rayar el ridículo. De ahí, el doble mérito de sus respectivos trabajos, y también la magnífica labor de L. Bamio en la dirección de actores.
Antonia Paso brilla dando vida a Susi y demuestra, una vez más, que es una actriz enorme. Por un lado, nos hace reír -y mucho- con su vena cómica bordando la locura, el esperpento y la excentricidad, propias de Susi. Y, por otro, nos conmueve en la escena crucial de la obra, cuando se cambia de vestuario y saca a relucir todo su poderío dramático. Es ahí, cuando entendemos la complejidad de su personaje y cuando las piezas del puzzle empiezan a encajar. Muy buena la actuación de Paso al igual que la de Luis Flor, magnífico en un papel nada sencillo y, por si fuera poco, dándole la réplica a una actriz de esta índole. Flor, siempre al filo del alambre -como decíamos anteriormente- es capaz de transmitir toda la fragilidad de su personaje; la timidez, la inseguridad y la oscuridad, ofreciéndonos una actuación llena de matices. Además, nos provoca la carcajada cada vez que a Javier -su personaje-, le da un ataque de narcolepsia. Este, sin duda, es uno de los aspectos más complejos de su interpretación que, él es capaz de convertir en una de sus principales virtudes, gracias a su perfecta afinación.
Aldo Ruiz
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