‘LA EDAD DE LA IRA’: ENORME ÁLEX VILLAZÁN EN UN EXCEPCIONAL MONTAJE DE ‘LA JOVEN COMPAÑÍA’ A PARTIR DEL TEXTO DE FERNANDO J. LÓPEZ

CALIFICACIÓN: EXCEPCIONAL: 10

‘La Joven Compañía’ lleva a escena, en el Teatro Conde Duque, ‘La edad de la ira’, novela finalista del Premio Nadal 2010 escrita por Fernando J. López, uno de los dramaturgos más brillantes que tenemos actualmente en nuestro país. Los protagonistas de la historia son ocho adolescentes que reivindican su derecho a ser diferentes y luchan por defender su propia identidad. Álex Villazán deslumbra dando vida a Marcos, un joven de 16 años atormentado y lleno de ira. María Romero, Alejandro Chaparro y Javier Ariano son otros de los nombres que despuntan en un magnífico reparto dirigido con maestría por José Luis Arellano García.
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Precioso cartel de ‘La edad de la ira’ con Álex Villazán en el centro, María Romero aparece al fondo, desenfocada, y Javier Ariano, en primer plano.

‘La edad de la ira’ es una obra extraordinaria por muchos motivos. En primer lugar, por su temática tan espinosa, y que, desgraciadamente, está tan de actualidad; ese canto a la diferencia y a la defensa de las libertades de los jóvenes en una época tan difícil como es la adolescencia en la que ellos todavía están buscando su identidad y se están formando como personas. En segundo lugar, porque está escrita por Fernando J. López, uno de los dramaturgos con más talento y sensibilidad que tenemos en nuestro país. El tercer motivo es que los protagonistas son los componentes de ‘La Joven Compañía’, unos excelentes actores que, dada su edad, hacen mucho más creíble la historia. Y por último, cómo no, por la sensacional puesta en escena que nos brinda José Luis Arellano García que, posiblemente, en ‘La edad de la ira’, realiza su trabajo más redondo al frente de ‘La Joven Compañía’ -junto a ‘La Ilíada-.

‘La edad de la ira’ comienza de forma impactante atrapándonos ya desde el principio. Esta es, quizás, una de las claves de la obra; no solo se trata de una potente historia y que lanza un mensaje trascendental sino que, además, tiene una estructura narrativa sumamente brillante, que cuenta con un componente de intriga y misterio que nos mantiene expectantes durante toda la obra. El arranque es potentísimo, de esos que cortan la respiración, con el increíble monólogo de Álex Villazán secundado por Jorge Yumar.  La trama comienza con el supuesto asesinato cometido por Marcos, un estudiante de Bachillerato, quien parece haber matado a su padre y a su hermano. A partir de aquí se inicia una investigación que nos permite adentrarnos, a través de sus amigos y compañeros de clase, en los miedos, las inquietudes y los sueños rotos, no sólo de Marcos, sino también en los de toda una generación: la de los adolescentes de hoy en día. 

Estos adolescentes de ‘La edad de la ira’ lanzan un grito al aire y toman la voz en este retrato realista y desgarrador pero enormemente poético, como no podía ser de otra manera, viniendo de la mano de Fernando J. López, un maestro a la hora de impregnar sus obras de poesía.  En esta historia no hay sitio para los mayores -aunque por supuesto también vaya dirigida a ellos-. Aquí los adolescentes son los únicos protagonistas porque ‘La edad para la ira’ nace, precisamente, como un canto a la diferencia y a la búsqueda de su propia identidad. En estos tiempos donde los casos de bullying se multiplican día a día y donde muchos padres miran hacia otro sitio, porque no son capaces de aceptar la realidad, es de vital importancia obras como ésta para dar visibilidad al infierno que están viviendo esos jóvenes diferentes que piden ayuda, a gritos, aunque sea desde el silencio más absoluto porque el miedo les invade. 

Fernando J. López ha creado una obra cargada de profundidad y tremendamente bella, donde la poesía y la sensibilidad se solapan magistralmente con la dureza y el desgarro de la historia. ‘La edad de la ira’ se podría haber contado de mil maneras diferentes pero J. López ha elegido el camino de la sensibilidad provocando, irremediablemente, que el mensaje llegue como un misil a lo más profundo del alma. Este autor transmite como nadie, el grito de esos jóvenes en medio de tanta oscuridad.  ‘La edad de la ira’ es una de esas obras que se te quedan grabadas en la mente y a la que estás varios días dándole vueltas en la cabeza. Es una historia que nos invita o mejor dicho, que nos obliga a reflexionar sobre este peligroso mundo en el que estamos educando a nuestros hijos. 

Partiendo de esta joya de texto, era muy difícil mantener el nivel en la puesta en escena. Por eso tiene aún más mérito el trabajo realizado por  José Luis Arellano. Lo que ha hecho Arellano al frente de ‘La Joven Compañía’ en los últimos años es para quitarse el sombrero. Montajes como ‘El señor de las moscas’ o el ‘Proyecto Homero’ así lo avalan, pero con ‘La edad de la ira’, el director se ha superado logrando, quizás, su obra más madura, su montaje más redondo. La magistral puesta en escena de Arellano se apoya, sobre todo, en la soberbia escenografía de Silvia de Marta que  ha diseñado una estructura metálica en forma de cubículo rectangular con unas placas de cristal, donde se proyectan imágenes durante toda la función, siendo éstas un elemento crucial en el montaje, al igual que el espacio sonoro creado por Luis Delgado que es sublime. La banda sonora de fondo durante casi toda la función contribuye directamente a que las emociones siempre estén a flor de piel. Por supuesto, no nos podemos olvidar del toque genial de Andoni Larrabeiti en el diseño de movimiento. Especialmente hermosas son las coreografías de la primera e impactante escena y aquellas otras en las que Álex Villazán emula a James Dean en ‘Al este del Edén’. 

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Preciosa imagen de los ocho protagonistas posando en la maravillosa escenografía creada por Silvia de Marta, autora también del vestuario de la obra.

Y si este montaje es extraordinario, gran parte del mérito se debe a la espléndida actuación de sus jóvenes protagonistas. Los chicos de ‘La Joven Compañía’ bordan sus papeles y resultan plenamente convincentes en cada uno de los personajes creados por J. López. Álex Villazán está inmenso en la piel de Marcos, el protagonista de ‘La edad para la ira’, alcanzado una madurez impropia de un actor tan joven. Lleno de carisma y magnetismo, el joven intérprete nos deleita en un papel dificilísimo, quizás el más complicado al que se ha enfrentado en su corta, pero prometedora carrera. Álex se mimetiza durante toda la obra con Marcos, ese chico frágil y atormentado, que vaga sin rumbo y que está cada vez más cerca del abismo, reclamando a gritos que alguien lo ayude. Hay una cosa que siempre nos ha llamado mucho la atención de Villazán y es que, a pesar de su aspecto menudo, en el escenario se transforma convirtiéndose en un actor enorme que desprende luz y un torrente de energía. 

Maravillosa también María Romero, cada día más mujer y mejor actriz. Aquí interpreta a Sandra, un personaje precioso y muy importante en la historia. Ella es la joven enamorada de Marcos que está en en el vértice del triángulo formado por ella, Marcos y Raúl (Javier Ariano). Los tres son amigos inseparables. Ariano es otro de los ‘alumnos’ aventajados que progresa a pasos agigantados. La primera vez que lo vimos, no nos llamó mucho la atención pero en ‘La Ilíada’ despegó y, desde entonces, no hay quien lo pare, teniendo cada vez más peso sobre el escenario. En ‘La edad de la ira’, interpretando a Raúl, vuelve a mostrar sus dos grandes virtudes; la frescura y la enorme expresividad de sus ojos. Villazán, Romero y Ariano forman un triángulo sentimental muy especial. La complicidad entre ellos es asombrosa haciendo posible que ese triángulo sea totalmente creíble de cara a los espectadores. 

Queremos destacar también a Alejandro Chaparro que nos sorprende dando vida a Ignacio, el hermano mayor de Marcos, un papel muy distinto al que nos tenía acostumbrados hasta ahora. Chaparro interpreta a un joven de 17 años excesivamente responsable y que siempre está encima de su hermano Marcos, a veces, demasiado. Alejandro brilla en la piel del hermano mayor, al igual que Jorge Yumar encarnando a Sergio, el hermano pequeño. Es la primera vez que vemos actuar a Jorge y, a nuestro juicio, es una de las grandes sorpresas de la obra. En la piel de Sergio, Yumar hace una composición preciosa del personaje,  llena de sensibilidad y de matices.

Completan el reparto Jesús Lavi como Adrián, el malo de la clase, Rosa Martí, estupenda como Brenda, quien nos regala algunos de los diálogos más divertidos y gamberros de la función, que ayudan a desdramatizar y a rebajar la dureza de la historia, al igual que el personaje de Laura Montesinos, la choni del grupo, a la que todo el mundo juzga por su aspecto físico -es una tía buena, pero aparentemente ‘tonta’. La verdad es que los ocho actores están fantásticos poniendo voz a toda esta generación de adolescentes que se sienten encerrados y enjaulados -como dice el personaje de Brenda-, jóvenes que están en ‘La edad de la ira’ y que necesitan ser escuchados por la sociedad. ¿Estáis dispuestos a hacerlo? Entonces no os perdáis esta joya que se representa en el Conde Duque hasta el 6 de mayo y luego en los Teatros del Canal, en dos funciones especiales, los días 18 y 19 de este mismo mes.

Aldo Ruiz

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2 comentarios en “‘LA EDAD DE LA IRA’: ENORME ÁLEX VILLAZÁN EN UN EXCEPCIONAL MONTAJE DE ‘LA JOVEN COMPAÑÍA’ A PARTIR DEL TEXTO DE FERNANDO J. LÓPEZ

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