CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8’5
El Teatro Fernán Gómez acoge hasta el 11 de diciembre ‘Tartufo, el Impostor’, una nueva versión de la famosa obra de Molière que, en este caso, corre a cargo de Pedro Víllora y que cuenta con la magnífica dirección de José Gómez-Friha. Rubén Ochandiano encarna brillantemente a tan insigne personaje y está flanqueado, de forma magistral, por Esther Isla, Marián Aguilera y Vicente León, entre otros.

Rubén Ochandiano da vida a Tartufo El Impostor
Difícil, muy difícil es adaptar un clásico como ‘Tartufo’ y que te pueda llegar a sorprender. Te puede gustar, eso sí, por supuesto, incluso te puede encantar, pero el efecto sorpresa no se consigue fácilmente. Por eso tiene aún más mérito esta versión de Pedro Víllora que ha hecho un trabajo espléndido adaptando la mítica obra de Moliére a los tiempos modernos y mostrándonos a Tartufo como un especulador a la manera de los bancos, como uno de esos corruptos de hoy en día o como un mercenario de los sentimientos, capaz de traicionar a su propio ‘hermano’ con tan de conseguir su ansiado fin. En definitiva; un auténtico estafador.
La historia comienza cuando Tartufo entra en casa de los Pernelle -de mano del señor Orgón-, como un mendigo que necesita asilo y va camelando a éste con la promesa de un bienestar espiritual. Poco a poco, cual virus que se va extendiendo, engaña a todo el que puede, pasando por encima de los que sí ven en él la verdadera cara de su alma y lo que hay detrás de sus oscuros ojos… Mientras Orgón está completamente hipnotizado con la bondad de este falso devoto y deposita en él su entera confianza, Tartufo intenta por todos los medios seducir a su propia esposa, casarse con su hija Mariana y se apodera de todos los bienes de la familia. Todos conocemos el desenlace de la obra original, pero Víllora da un paso más allá y nos sorprende con un final totalmente inesperado.
Basándose en esta increíble trama de enredos, José Gómez-Friha nos brinda una fantástica puesta en escena en la que sobresale su enorme talento para la dirección de actores. Como ya hiciera en ‘Los desvaríos del veraneo’, Gómez-Friha vuelve a demostrar su extraordinario dominio del género de la comedia y nos da una lección de puesta en escena: sacando el máximo partido al espacio escénico, moviendo a los actores de forma muy brillante -con continúas entradas y salidas- llevándolos incluso fuera de nuestro campo de visión, y haciendo cómplices y participes a los espectadores en todo momento. Gómez-Friha consigue que, durante los más de cien minutos que dura la función, el ritmo no decaiga en ningún instante y que el público se lo pase en grande con las andanzas de Tartufo y sus acérrimos enemigos.

Maravilloso el cartel de ‘Tartufo, el Impostor’
Como he comentado anteriormente, uno de los puntos fuertes de Gómez-Friha es sacar lo mejor de cada uno de sus interpretes y aquí lo vuelve a dejar patente. Porque este Tartufo será recordado, sobre todo, por las grandes actuaciones de todo su elenco. Y, para abrir fuego; Esther Isla que, dando vida a Dorina, se gana el favor del público con su enorme descaro y su asombrosa vis cómica. ¡Qué grande es esta mujer!. Isla es un animal escénico, de esas actrices que se comen el escenario y de las que no puedes apartar la mirada mientras están ahí -aún a riesgo de eclipsar al resto de compañeros-. Sus discusiones con Orgón (Vicente León) son absolutamente geniales, sin duda, de lo mejor de la obra. Pero Esther no es la única que brilla en ‘Tartufo’. Marián Aguilera está radiante encarnando a Elmira, la guapa mujer de Orgón. Siempre es un placer ver sobre las tablas a esta actriz que derrocha clase y elegancia en cada uno de sus papeles y, más, en este que le va como anillo al dedo. Aguilera está maravillosa a lo largo de toda la obra aunque nos divierte especialmente en la escena en la que ella intenta seducir a Tartufo para que a su marido se le caiga la venda de los ojos.
Y si ellas nos deslumbran, los chicos tampoco se quedan atrás Rubén Ochandiano está sensacional como Tartufo. Tarda cuarenta y cinco minutos en aparecer en escena -aunque toda la obra gira en torno a sus malvadas intenciones-, pero cuando lo hace, acapara todo el protagonismo. Enigmático, inquietante, excéntrico e hipócrita, Ochandiano borda todas las caras de este insigne personaje componiendo un gran Tartufo, tarea que no era nada fácil. Vicente León también está genial encarnando a Orgón y nos deleita con sus gestos, sus muecas y sus miradas… Es un actor cómico impresionante que nos cautiva también dando vida a la señora Pernelle en la potente y divertidísima escena inicial. Completan el reparto Ignacio Jiménez y Nüll García, estupendos como el resto de sus compañeros, interpretando a Valerio y Mariana respectivamente.
Lo cierto es que el Tartufo de Víllora y Gómez-Friha te deja con muy sabor de boca. El único ‘pero’ que le pondría a la obra es la propuesta estética y el diseño del espacio escénico que no me acaban de convencer, me resulta un tanto frío. Por lo demás, un sobresaliente para el resto del montaje.
Aldo Ruiz
Me pareció una dirección nefasta. Unos actores perdidos y sobreactuados.
Nada recomendable.
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Debe ser que vimos cosas diferentes. De todas formas, por supuesto que respeto tu opinión… un abrazo y gracias por tu opinión
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Menchu Peña
Espectadora por dos veces: Me parecio fantastica… un clásico adaptado a nuestro tiempo, una buena disposión del espacio con una puesta sencilla pero eficaz, y buenos interpretes. El teatro lleno y empie aplaudiendo…¡¡que más se le puede pedir a una representación teatral!!
Ahh! la primera función la vi toda con gente jóven (matinal), una maravilla… respondiendo y entrando al envite de los actores en el lugar y momentos oportunos. Coloquio después con los jóvenes, las preguntas fueron oportunas e inteligentes…»comunión perfecta del echo teatral».
La segunda función en horario de tarde con todos los públicos (heterogenio), Más bien entrados en años…la respuesta muy parecida. Despúes también hubo encuentro con el público (coloquio), gente diversa, incluso de otras ciudades (Palma) comentarón y felicitarón a la Compañía por su propuesta tan fresca y actual.
Solo me queda decir Chapo!!
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