CALIFICACIÓN.- 5

Hasta el 14 de noviembre, en el Teatro Bellas Artes se representa ‘Las que gritan’, una comedia escrita por Antonio Rincón-Cano y José María del Castillo, -y dirigida por este último-, que cuenta con un elenco de lujo formado por Norma Ruiz, Pepa Rus, Rosario Pardo y Eva Isanta.

Según sus autores, la pieza nace como un homenaje a las mujeres que han marcado su vida y les han dejado huella. Mujeres fuertes: madres, abuelas, hermanas, tías… que de una forma u otra, se han erigido como referentes, a veces de forma callada, y otras empoderadas como fuertes matriarcas, pero ninguna consciente del papel tan importante que han desempeñado en la vida de los que les rodean.

La historia está protagonizada por Consuelo, una mujer de 68 años que en los últimos tiempo está bastante alejada de sus tres hijas, a cada cual más diferente. Un día, las tres -muy preocupadas- se presentan en su casa para hablar con ella y que les explique qué le ocurre. ¿Deben sus hijas estar preocupadas por su madre o quizás deberían empezar a preocuparse por sus vidas? Ante esta tensa situación, Consuelo decide irse con las tres a la casa del pueblo con el fin de acercar posturas, volver a mirarse de nuevo a la cara y a decirse todo lo que nunca se atrevieron. 

Rincón-Cano y Del Castillo han confeccionado una comedia dramática que aborda el dolor a través de la risa y que tiene muy buenos mimbres. Sin embargo, el resultado final no termina de empastar. Se parte de una buena materia primera pero, a nuestro juicio, la ejecución falla en muchos momentos al representar el texto. 

Tal y como está dirigida, hay partes que parecen metidas con calzador, como por ejemplo los monólogos de las cuatro protagonistas. No están bien integrados en la historia, y las transiciones que les dan paso son abruptas. El único que se salva es el de Pepa Rus (la hija monja) ya que ella tiene una vis cómica extraordinaria y una gracia natural que se lleva al público de calle. Además, esa concepción moderna en la dirección de estos cuatro monólogos, con esas músicas, pensamos que alejan al público del tono divertido y costumbrista de la trama principal.

Otro elemento de la puesta en escena que resulta forzado son las videollamadas (enlatadas) de la protagonista con algunas de sus amigas. La única que encaja de manera natural en la trama es la de Luisa Martín, amiga doctora de Consuelo. Por el contrario, las de Anabel Alonso y María Garralón rompen completamente el ritmo y no aportan nada. Esto provoca que la historia troncal de la madre con las tres hijas sufra parones continuamente y el texto no termine de fluir. Y es una pena porque, como señalábamos al principio, la historia tiene muy buenos mimbres. 

Respecto a la puesta en escena, nos gusta mucho la concepción de la escenografía de Mónica Boromello, especialmente la casa de campo. Pilar Valdelvira es la responsable de la iluminación y Guadalupe Valero la autora del vestuario. La composición musical ha sido elaborada por Guillermo Fernández, mientras que Chema Noci ha sido el encargado del diseño de maquillaje y peluquería. Por último, Aleix Mañé es el responsable del movimiento escénico.

En el apartado interpretativo hay una actriz que sobresale por encima del resto y esa es Pepa Rus. La intérprete gaditana tiene un don excepcional para la comedia y en ‘Las que gritan’ lo vuelve a dejar bien patente de principio a fin. Suyos son los mejores momentos de la función, provocando las risas y las carcajadas en el patio de butacas en todas y cada una de sus intervenciones. Dando vida a la hija monja de Consuelo, se come a sus compañeras en el escenario y en su monólogo de ‘chica mala’ se lleva la gran ovación de la noche. 

Completan el reparto: Rosario Pardo, que da vida a Consuelo (sustituye en Madrid a Beatriz Carvajal que ha realizado este mismo papel en la gira), Norma Ruiz (interpreta a la hija triunfadora, alta ejecutiva de una empresa y mujer de éxito aparentemente) y Camino Miñana (sustituyó a Eva Isanta el día que nosotros asistimos, interpreta a la tercera hija de Consuelo que trabaja en una protectora de animales y se siente muy vacía). 

Lo mejor: la concepción del texto y la divertidísima actuación de Pepa Rus, solo por ella merece la pena ver ‘Las que gritan’.

Lo peor: algunos momentos forzados de la historia (fundamentalmente en su puesta en escena) que nos alejan del tono divertido y costumbrista de la trama principal.

Aldo Ruiz

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