‘EL FIN’ ES UN SOPLO DE AIRE FRESCO EN LA CARTELERA MADRILEÑA, UNA DIVERTIDÍSIMA COMEDIA APOCALÍTICA DE PACO GÁMEZ, DIRIGIDA CON BRILLANTEZ POR MARTRET Y PROTAGONIZADA POR UN ATINADÍSIMO ELENCO

CALIFICACIÓN.- SOBRESALIENTE: 9

‘El fin’, que se representa en el Teatro Español del 13 de junio al 14 de julio, es uno de los montajes más brillantes, divertidos y alocados que hemos podido ver este año, un auténtico soplo de aire fresco en la cartelera madrileña, más necesitada que nunca de propuestas originales, creativas y arriesgadas, y de nuevas formas de contar y plasmar una historia, como la que aquí nos proponen Paco Gámez y José Martret. 

La obra ganadora del II Certamen Internacional de Comedia del Teatro Español, escrita por Gámez, es una alocada comedia apocalíptica que atrapa al espectador desde su sorprendente y folclórico arranque musical (con una estupenda Marta Malone interpretando ‘Punto de partida’ de Rocío Jurado) y no lo suelta, hasta dos horas más tarde, con otro apoteósico número musical, protagonizado en este caso por la gran Astrid Jones.

Durante esas dos horas, el dramaturgo de Úbeda nos deleita con un viaje hilarante, plagado de situaciones surrealistas, rocambolescas y llenas del mejor humor absurdo que inundan de risas y carcajadas el patio de butacas del Teatro Español. Un cóctel desbordante de locura en el que caben todo tipo de ingredientes, que Gámez y Martret han sabido mezclar con enorme acierto.

‘El fin’ comienza cuando una docente de un instituto público, Lina Martínez (interpretada de forma genial por Toni Acosta), recibe la inesperada y traumática noticia de que el fin del mundo se producirá exactamente en diez horas y treinta y seis minutos. Tras superar el shock inicial, Lina debe decidir cómo pasar sus últimas horas de existencia, a qué prioridades atender. La protagonista decide entonces encontrar a su hijo, con quien desea estar hasta el final, y comienza un viaje de búsqueda también en lo personal. En tono de humor, la pieza plantea una reflexión acerca de la conducta humana en las situaciones catastróficas, y cómo existe una tendencia a la unión con los otros para sobrellevar el dolor. 

Si magnífico es el texto de Paco Gámez, no menos brillante es la puesta en escena diseñada por José Martret, creador de las míticas ‘La pensión de las pulgas’ y ‘La casa de la portera’. En un ejercicio de talento, imaginación y solvencia, Martret dirige ‘El fin’ haciendo gala de todas las virtudes que atesora como creador y, para ello, se ha rodeado de un equipo excepcional de profesionales. 

Alessio Meloni ha diseñado un espacio escénico sencillo y funcional pero, efectista -al mismo tiempo efectista-, que se ajusta como un guante a la historia de Gámez y a la concepción escénica de Martret. Una de las cosas que más nos gustan son las videoscenas -de Emilio Valenzuela y Joan Rodón- que le dan un toque contemporáneo e innovador al montaje. Destacar, por supuesto, el espacio sonoro de Sandra Vicente, el diseño de luces de David Picazo, la música de Mariano Marín, el vestuario de Ana López y el fantástico trabajo de movimiento y coreografía de Amaya Galeote. Lo mejor de lo mejor en cada uno de sus campos.

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El elenco de ‘El fin’ es otro de los puntos fuertes de este montaje. Ocho actores magníficos que han sabido leer y entender a la perfección el lenguaje y los códigos planteados por Gámez en el texto y que están brillantemente dirigidos por José Martret. Entre todos ellos, brilla Toni Acosta, dando vida a la protagonista absoluta de la historia, Lina Martínez. Nadie mejor que ella para interpretar a esta heroína, profesora de secundaria, que siempre tuvo el sueño de ser actriz, pero que solo llegó a ser Amelia en ‘La casa de Bernarda Alba’ en una función del colegio. Acosta está espléndida, haciendo un alarde físico a lo largo de las dos horas que dura la función y bordando todos y cada uno de los matices de su personaje.

Marta Malone, por su parte, está maravillosa dando vida a Ljubicica, la limpiadora serbia del colegio donde trabaja Lina, también encargada del bar y fanática de Rocío Jurado. Pepe Sevilla, genial en la piel de Eloy Barranco ‘El drogas’, un alumno de Lina, que aunque parece que está siempre en el limbo es un de lo más brillante y filosófico. Rubén de Eguía, estupendo dando vida a Oriol, el profesor de gimnasia del colegio, guapo pero muy simplón, y que está locamente enamorado de Lina.

Completan el reparto: Esperanza Elipe, graciosísima en la piel de Curra, la madre de Lina; Juan Carlos Sánchez, fantástico interpretando a Felipe, el abuelo de la protagonista, Álex Mola -lleno de naturalidad y frescura dando vida a Rober, el hijo adolescente de Lina; y Astrid Jones, que interpreta a Sor Delia, y muestra todo su talento musical y su poderío vocal en el último número del montaje. No nos podemos olvidar de una divertidísima Silvia Abril, que da vida a la Presidenta, de forma virtual, pero provocando algunas de las mayores carcajadas de la función. 

Aldo Ruiz

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