‘EN MITAD DE TANTO FUEGO’: MAGNÍFICO RUBÉN DE EGUÍA DANDO VIDA AL AMANTE DE AQUILES EN UNA HERMOSA Y POÉTICA OBRA DE ALBERTO CONEJERO INSPIRADA EN ‘LA ILÍADA’

CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8

Hasta el 4 de febrero, en la Sala Negra de los Teatros del Canal se puede ver ‘En mitad de tanto fuego’, un bellísimo texto de Alberto Conejero, que representa un alegato contra la guerra y un canto a la libertad, el amor y el deseo. A lo largo de poco más de una hora, Rubén de Eguía se mete de forma brillante en la piel de Patroclo -el fiel compañero de armas de Aquiles y, por encima de todo, su amante- brindándonos una magnífica y magnética actuación en un excelente montaje dirigido por Xavier Albertí.

«Seguimos hablando de la guerra de Troya porque todavía sigue ardiendo», esta es una de las frases más categóricas que podemos escuchar en ‘En mitad de tanto fuego’, una obra con la que Conejero hace una «aproximación absolutamente personal e íntima» a ‘La Ilíada’, un material que «obsesiona» al dramaturgo desde su adolescencia. El prestigioso autor de Vilches (Jaén) fija su mirada en un personaje secundario de esta obra fundamental de la literatura clásica griega, Patroclo. Un héroe fascinante y misterioso que, en el Canto XVI de ‘La Ilíada’, se viste con la armadura de su amante y amado Aquiles para protagonizar una auténtica matanza antes de caer él mismo abatido en el campo de batalla. Este es el punto de partida en esta nueva mirada de Conejero sobre el mítico texto de Homero, quien afirmaba que la guerra es la «fuente de todas las lágrimas» y que, incluso, los vencedores salen para siempre derrotados. 

En mitad de tanto horror y, aunque pueda resultar contradictorio, Conejero intenta rescatar la belleza de la guerra a través de Patroclo, personaje al que da vida un soberbio Rubén de Eguía, que realiza una actuación rebosante de verdad y magnetismo. De principio a fin, el actor catalán destila humanidad interpretando a ese hombre que amaba a Aquiles por encima de todas las cosas y que se sacrificó por él en el campo de batalla. Especialmente hermosa es la parte en que Patroclo confiesa su amor por Aquiles y el ‘violento’ deseo que sentía por él. Conejero lo plasma de forma magistral en el texto, y De Eguía lo interpreta con una honestidad arrebatadora.

A través de sus ojos, podemos ver todo el amor que Patroclo sentía por Aquiles, al mismo tiempo que el inmenso dolor y el tormento por lo efímero de ese sentimiento. Alabar el trabajazo que se marca Rubén de Eguía en la que es, sin duda, una de las mejores actuaciones de su carrera y que lo sitúan en un altísimo nivel. 

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Xavier Albertí cierra el vértice de este extraordinario triángulo que conforma ‘En mitad de tanto fuego’. El director y compositor nos brinda una elegante y sobria puesta en escena, que se adapta como un guante al espacio de la Sala Negra de los Teatros del Canal. Albertí dirige de forma precisa y preciosa a Rubén de Eguía, un actor que prácticamente debutó con él y al que ha visto crecer a su lado. El catalán ha sabido entender a la perfección el hermoso texto de Conejero y, en su puesta en escena, le da todo el peso al poder a la palabra a través de la espléndida actuación de su protagonista. 

Aldo Ruiz

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