CALIFICACIÓN.- 6

Teníamos muchas ganas de ver ‘Bailo bailo’, el musical basado en las populares canciones de Raffaela Carrà, -que fallecía en Roma el 5 de julio de 2021-. Más de dos años después de su muerte llega a Madrid este montaje que rinde tributo a la mítica artista italiana a través de sus canciones. Y lo cierto es que nos ha dejado una sabor agridulce. La primera parte es absolutamente brillante, como ahora desarrollaremos. Sin embargo, tras el descanso, el montaje decae considerablemente.

‘Bailo bailo’ es una adaptación libre que ha hecho Federico Bellone a partir de la película ‘Explota Explota’ dirigida por Nacho Álvarez en 2020. El espectáculo cuenta con música y letra de varios autores, libreto de Federico Bellone y Nacho Álvarez, dirección del propio Bellone, coreografía de Gillian Bruce, supervisión musical de Giovanni Maria Lori y la producción de Valeria Arzenton.

El musical cuenta la historia de María (magnífica Lydia Fairén), una joven que regresa a España tras dejar plantado en el altar a su prometido italiano. En el avión conocerá a dos personas que serán muy importantes durante su estancia en Madrid. Por un lado, Carmen, una graciosísima azafata de vuelo interpretada por Pepa Lucas, que la acogerá en su casa. Y, por otro lado, Pedro, un hombre muy atractivo del que se enamora a primera vista, al que da vida Gonzalo Ramos, que llega a Madrid con el objetivo de sustituir a su padre en un trabajo de lo más especial

La trama de ‘Bailo bailo’ transcurre a principios de los años setenta, una época que en España estaba marcada por la rigidez y la censura, especialmente en televisión. María es una bailarina joven, sensual y con ansias de libertad, que empieza a trabajar en uno de los programas más populares de la televisión, ‘Fiesta’. A pesar de que contará con numerosas trabas, ella logrará hacer su sueño en realidad, ¡con historia de amor incluida! Y todo ello contado (y cantando) a través de los grandes éxitos de Raffaella Carrà.

Como contábamos al comienzo de este artículo, la primera parte del musical es absolutamente brillante. Las canciones de Raffaella están muy bien integradas en la historia, los números musicales fluyen a un ritmo trepidante y las coreografías son espectaculares (como la del avión o la del número de apertura). Sin lugar a dudas, las coreografías diseñadas por Gillian Bruce son uno de los puntos fuertes del montaje y, por supuesto, la ejecución de todos los bailarines, que se dejan la piel y hacen un trabajo espléndido. Lo cierto es que, en esta primera parte, todas las piezas encajan a la perfección.

Alabar también la dirección y la brillante puesta en escena de Federico Bellone que, con una sencilla escenografía y una plataforma giratoria, es capaz de conseguir un resultado extraordinario. Nos encanta, por ejemplo, el número que transcurre en El Retiro con las barcas, o la soberbia actuación de Lydia Fairén con la balada, mientras de fondo transcurre la historia de amor de los protagonistas. Una idea genial de puesta en escena. 

Tras esa primera parte que acaba en todo lo alto, veinte minutos de descanso y se retoma el espectáculo. Pero, sorprendentemente, en la segunda parte nada vuelve a ser lo mismo. Las canciones de la artista italiana ya no están tan bien integradas. Alguna, incluso, parece estar metida con calzador. Y la fantástica puesta en escena de la primera hora brilla por su ausencia (por ejemplo en el número de la cama y los espejos, o en aquel otro en que Pedro visita a María en el balcón, la puesta en escena es pobre). 

Da la sensación de que esta segunda parte no está tan bien trabajada como la primera, o incluso que está dirigida por otra persona. Lo que está claro es que, a pesar de los pequeños destellos y del buen trabajo del elenco protagonista, esta segunda parte no está a la altura de la primera. Lo más flojo es el desenlace, totalmente precipitado, tanto a nivel del libreto como de puesta en escena. No se resuelven bien las tramas, ni la de los protagonistas ni la de los personajes secundarios. Y es una pena porque habiendo visto la primera parte y con el buen mimbre que se tiene, este musical podría haber sido redondo. 

Uno de los puntos fuertes de ‘Bailo bailo’ es su excelente reparto en el que brilla Lydia Fairén, una de las grandes del teatro musical en nuestro país. Siempre es un placer verla sobre las tablas. En esta ocasión, dando vida a la protagonista María, derrochando voz, talento y carisma. Destacar también a Pepa Lucas, graciosísima interpretando a Carmen, un personaje que le permite mostrar su vis cómica y en el que se luce a nivel vocal en uno de los mejores números de la segunda parte. Magnífico también Naím Thomas dando vida a Jordi, el productor del programa ‘Fiesta’ (divertidísimo su número bailando ‘Tuca tuca’, uno de los mejores de todo el espectáculo).

Completan el sexteto protagonista: Natalia Millán, como Rosabella, Chete Guzmán (muy gracioso en la piel de Miguel, el censor del programa ‘Fiesta’) y Gonzalo Ramos, impecable dando vida a Pedro, el coprotagonista, que forma una pareja ideal con Lydia Fairén. Doble mérito del actor puesto que se acaba de incorporar al reparto sustituyendo a Dani Tatay (que ha fichado como protagonista de la nueva serie de sobremesa de Antena 3).

Y no nos podemos olvidar del resto del elenco: bailarines, que realizan un trabajo para quitarse el sombrero, el ensamble y los swings. Un equipo formado por Patricia Sánchez, Bella Exum, Anabel Pomar, Fani Ruiz, Carla Fernández, Elisa Diaz, Alba Dusmet, Dorival Junco, Alejandro Fernández, Javier Vachiano, Enrique Monje, Giovanni Ernani, Mario Parra, Néstor Navarro, Alberto Berrocal, Tatiana Monells, María Reina, Miguel Mateos y Toni Leyva. 

Aldo Ruiz

Enlaces relacionados:

• Crítica ‘Chicago, el Musical’ de El Teatrero
• Crítica ‘Aladdín, el Musical’ de El Teatrero
• Crítica ‘The Book of Mormon’ de El Teatrero
• Crítica ‘School of rock, el Musical’ de El Teatrero
• Crítica ‘Matilda, el Musical’ de El Teatrero
• Crítica ‘Mamma mía, el Musical’ de El Teatrero
• Ranking 2023 de El Teatrero
• Ranking 2022 de El Teatrero