CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8
Hasta el 16 de enero, en el Teatro Fernán Gómez se representa un excelente montaje de ‘El enfermo imaginario’ por parte de MORBORIA Teatro. La veterana compañía nos deleita con una desternillante adaptación dirigida por Eva del Palacio que, a lo largo de dos horas, inunda de risas y carcajadas el patio de butacas. Un montaje que está cosechando un gran éxito y que destaca por la música en directo y por su brillantísimo reparto compuesto, entre otros, por Fernando Aguado -fantástico en la piel del protagonista-, Malena Gutiérrez, Daniel Migueláñez, Luna Aguado, Vicente Aguado o Eduardo Tovar, genial dando vida a Tomás Diafoirus.
A estas alturas no es nada fácil llevar a escena ‘El enfermo imaginario’ y que pueda llegar a sorprender. Esto es lo que ha hecho precisamente la compañía Morboria haciendo suya la mítica obra de Molière y realizando una versión desternillante y muy personal donde el esperpento, lo grotesco y el humor absurdo alcanzan su máxima expresión y se adueñan de la sala principal del Fernán Gómez durante más de dos horas provocando las risas y las carcajadas de los espectadores que han llenado el teatro desde el pasado 17 de diciembre.
¿Quién no conoce la trama de una de las obras más famosas del teatro universal? La historia está protagonizada por Argán, un hombre rico que se cree muy enfermo y no puede vivir sin estar rodeado de médicos. Para conseguir tener uno en la familia que le haga ahorrar la ingente cantidad de dinero que destina a sus curas, medicamentos y potingues, no duda en concertar un matrimonio de conveniencia entre su hija Angélica con Tomás, el hijo de su médico preferido, el señor Diafoirus. Entretanto, Belinda, su segunda esposa se comporta como una perfecta madrastra, esperando el inminente fallecimiento de su esposo y le presiona sutilmente para hacer testamento… Pero Toñita, su fiel criada, con la complicidad de Beralda, la hermana del señor Argán, harán todo lo posible para ayudar a Angélica a realizar un enlace por amor con el joven Cleanto y además, revelar la hipocresía de su esposa desbaratando todos sus maléficos planes. Una esperpéntica ceremonia final transformará al enfermo en doctor y será liberado de todos sus males.
Eva del Palacio dirige un montaje excelente en el que todo está cuidado hasta el más mínimo detalle, desde el vestuario barroco e hiperbólico -que es un auténtica maravilla; cada traje es una joya-, pasando por la caracterización y el atrezzo, hasta concluir con el acertadísimo espacio escénico presidido por una espectacular cama, que da muchísimo juego en la historia de Molière, como es sabido por todos. La compañía Morboria ha hecho una adaptación muy personal, con múltiples referencias a la actualidad, en la que el humor grotesco y la música juegan un papel protagonista. De hecho, uno de los puntos fuertes de ‘El enfermo imaginario’ de Morboria es su tono musical. Una partitura que tiene gran presencia desde el comienzo y que subraya la acción y los diálogos durante toda la obra. Milena Fuentes (violín), Miguel Barón (clavicordio) y Javier Monteagudo (laúd, mandola y percusión) hacen un trabajo magnífico y se acaban convirtiendo prácticamente en tres personajes más dada su enorme relevancia.
En estos tiempos que vivimos de incertidumbre y ansiedad debido a la pandemia y el Covid, la mejor medicina es, sin duda, las risas y las carcajadas, dos elementos esenciales en ‘El enfermo imaginario’. Desde el comienzo del espectáculo se advierte que estamos ante un espectáculo desbordante de locura y esperpento en el que todos los actores bordan su papel de comediantes empezando por Fernando Aguado, magnífico en la piel del señor Argán (El enfermo imaginario), y Malena Gutiérrez, graciosísima dando vida a la sirvienta Toñita. Virgina Sánchez y Luna Aguado también están fantásticas interpretando, respectivamente, a Belina, la mujer del señor Argán, y Angélica, la hija del misterioso enfermo. Completan el reparto Daniel Migueláñez, perfecto en la piel de Cleanto, el ferviente enamorado de Angélica y Vicente Agudo, fantástico desdoblándose en múltiples personajes (el señor Diafoirus, el boticario y el notario, entre otros).
Mención especial merece Eduardo Tovar, que está absolutamente genial dando vida a Tomás Diafoirus, hijo de un médico y el pretendiente más firme de Angélica. Desde que aparece en escena, su caracterización y las primeras palabras que salen por su boca provocan las risas de los espectadores, a los que rápidamente se mete en el bolsillo. Unas risas que irán en aumento y se convertirán en carcajadas en cada uno de los diálogos, las muecas y los gestos de este personaje que acaba robando el protagonismo a todos. Pedante, bobalicón, no muy agraciado físicamente, ridículo, pretencioso, extremadamente absurdo… Tovar clava todas y cada una de las cualidades de Tomás Diafoirus y demuestra una vez más que es un cómico en mayúsculas. Solo ver su actuación ya merece la pena ver ‘El enfermo imaginario’ de Morboria. Brillante también es la recreación que hace de Beralda, la hermana del señor Argán.