CALIFICACIÓN.- NOTABLE: 7

En el Teatro Infanta Isabel se representa ‘Onán’, una original comedia escrita por Nacho Faerna y dirigida por Fernando Soto. En ella, Llum Barrera e Iñaki Miramón dan vida a Laura y Jaime, una pareja que llevan casados veinte años y tiene un hijo, de catorce. Una tarde, reciben una llamada del tutor del adolescente, Ricardo (Fernando Soto) para informarles de que su hijo se salta las clases para encerrarse en el baño del instituto a masturbarse. Lo que parece un hecho anecdótico desencadenará en una marejada que sacará a la luz problemas más hondos en la pareja.

Onán es un personaje que aparece en la Biblia, en el libro del Génesis. Era el segundo hijo de Judá. Su nombre es el origen del término sexual de onanismo (sinónimo de masturbación). Aunque, siendo totalmente rigurosos, sería una mala interpretación del texto bíblico que relata realmente una interrupción del coito (o coitus interruptus) y no una masturbación. 

Partiendo de esta historia y este personaje, que da el título a la obra, Nacho Faerna ha confeccionado un texto muy original, con momentos realmente divertidos, que comienza como pura comedia y acaba desembocando en un registro más dramático. Lo mejor, sin duda, es el duelo interpretativo y dialéctico del primer acto que protagonizan Llum Barrera e Iñaki Miramón, lleno de diálogos ágiles e ingeniosos, en el que los dos actores, fantásticos, nos brindan lo mejor de sí mismos. Barrera y Miramón se meten en la piel de Laura y Jaime, un matrimonio que lleva veinte años juntos. Una tarde, reciben una llamada de Ricardo (Fernando Soto), el tutor del hijo adolescente de ambos. Quiere verlos en su despacho porque el chico se salta las clases para encerrarse en el baño del instituto a masturbarse. Este pequeño problema doméstico enfrenta a la pareja con sus propios deseos y contradicciones, desvelando aspectos de su relación que amenazan con destruirla.

Una de las cosas que más nos gustan de la obra es ese giro dramático con tintes románticos que el autor imprime al texto en la segunda parte, con una gran sorpresa incluida, y esas continuas referencias que se hacen a la película ‘Te querré siempre’, un film italiano dirigido por Roberto Rosellini en 1954 y que está protagonizado por Ingrid Bergman y George Sanders. Esta película es la favorita de Laura y Jaime, una historia que les marcaría, para siempre, desde que la vieron siendo una pareja enamorada de novios, y que tiene mucho que ver con sus vidas. 

Fernando Soto, al que el gran público conoce en los últimos años por su papel del subinspector de policía en ‘La casa de papel’, es el tercer vértice del triángulo de la historia. Gran actor y mejor director (todos recordamos su magistral puesta en el escena en ‘El minuto del payaso’), Soto está fantástico dando vida a Ricardo, el tutor del hijo adolescente de la pareja, un personaje que juega un papel muy importante en la trama, y que Fernando resuelve de manera impecable.

Además de interpretar a Ricardo, Fernando Soto es el director del montaje y ha hecho un gran trabajo en la puesta en escena. Apoyándose en la sencilla y eficaz escenografía de Mónica Boromello, Soto deja todo el peso de la obra en el trabajo actoral, aplicando unas elegantes transiciones y dirigiendo el montaje con mucho gusto. Destacar también en la puesta en escena las bonitas videoproyecciones, el espacio sonoroso y el diseño de luces de Ion Aníbal. 

En definitiva, ‘Onán’ es una original comedia, muy recomendable y en la que se disfruta especialmente el duelo interpretativo entre Llum Barrera e Ikañi Miramón, magníficos y muy convincentes dando vida a una pareja que lleva 20 años casados, con sus problemas y espinas, con los que muchos espectadores se van a sentir plenamente identificados. 

Aldo Ruiz

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