‘COMO UN GUANTE’: EN UNA INTERPRETACIÓN VALIENTE Y LLENA DE RIESGO, ADRYEN MEHDI, EL MALO DE ‘VIS A VIS’ CAMBIA DE SEXO Y SE TRANSFORMA EN UNA MUJER

CALIFICACIÓN.- CORRECTA: 6’5

Los martes a las 22:15, en el Off del Teatro Lara, se representa ‘Como un guante’, una propuesta muy interesante y sumamente atractiva que aborda el tema de la identidad de género. Adryen Mehdi, al que todos recordamos por su interpretación de ‘El Egipcio’ en ‘Vis a Vis’, se enfrenta al personaje más complicado de su carrera al meterse en la piel de André, un boxeador excesivamente introvertido y atormentado que esconde un gran secreto. Ángel Savín, dando vida a su entrenador, y Nacho Redondo, que encarna a su mujer amigo, acompañan a Mehdi en un montaje arriesgado – y un tanto descompensado- dirigido por José Luis Sixto y que cuenta con una brillante puesta en escena. 
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Cartel de ‘Como un guante’. En la imagen, Adryen Mehdi que da vida a André, un hombre que se siente mujer.

Tras la espléndida ‘Juguetes rotos’ de Carolina Román y la excelente ‘Dados’ de José Padilla, llega al Off del Lara ‘Como un guante’, la tercera obra de este año en la que se aborda el tema de la identidad de género. Lo bueno es que, en cada una de ellas, el enfoque elegido ha sido totalmente diferente. En ‘Como un guante’, Adryen Mehdi se mete en la piel de André, un boxeador que, aunque por fuera sea un guaperas y parezca el típico triunfador con las chicas, en el fondo, es un chico muy sensible y atormentado ya que nació en un cuerpo equivocado. Durante los 75 minutos que dura el montaje asistiremos a la trasformación de André en Adene, en una historia realmente sorprendente que cuenta con otros dos personajes protagonistas. Por un lado, Rulo, el entrenador de André, un hombre maduro, tosco y muy chapado a la antigua, que tiene un gran corazón. Él le consigue a su pupilo un combate muy importante con nueve mil euros en juego que André no podrá rechazar. Cierra el triángulo ‘Moi’, el mejor amigo del boxeador, un chico gay que se gana la vida de maestro de ceremonias en un cabaret y en el que André confía plenamente.  

Este es el hilo argumental de ‘Como un guante’, una obra que han escrito Adryen Medhi, Nacho Redondo. José Luis Sixto y Marcelo Soto. Y aquí radica -a nuestro juicio- uno de los grandes hándicaps de este montaje. Cuatro mentes pensantes son demasiadas para elaborar un texto de estas características y, aunque estamos ante un material muy potente y sumamente interesante, el resultado final muestra una enorme descompensación entre la trama principal y las dos tramas secundarias que desvirtúan y restan importancia al núcleo central. Además, el tono de los diálogos resulta, a veces- demasiado forzado y poco natural. No existe un tono uniforme en el texto y esto se evidencia desde el principio. A pesar de todo, el personaje interpretado por Adryen Mehdi tiene tanta fuerza y su desafío interno es tan grande, que consigue que el barco llegue a buen puerto y no pierdas el interés en ningún momento. Pero es una pena; lo que podría haber sido una obra apasionante y emotiva, como es el caso de ‘Juguetes rotos’ o ‘Dados’, queda reducida a un montaje interesante al que aún le quedan muchas cosas por pulir. 

Del montaje me ha gustado especialmente la puesta en escena de José Luis Sixto, un director muy solvente cuya tarea no era nada sencilla teniendo la historia tan complicada que se traía entre manos. Él sitúa la acción en un ring de boxeo que, en cuestión de segundos, se transforma en un cabaret. Además de este decorado principal hay otros dos mini-sets en los que también transcurre la historia; el camerino de Moi, y los vestuarios del gimnasio donde entrena André. David Pizarro ha hecho una labor excelente en el diseño de la escenografía al igual que Álvaro Guisado en la iluminación y Álvaro G. Nieto en la ambientación sonora. Precisamente, la música y las canciones escogidas son una de las mejores cosas de este montaje. Destacar también las coreografías y el movimiento escénico diseñado por Luis Suárez aunque no terminamos de comprender por qué el número de apertura y el del combate son tan largos, sobre todo, el primero. Creo que es totalmente innecesario. 

En la dirección de actores, sin embargo, Sixto no ha estado tan acertado y hay una gran diferencia entre la interpretación de Adryen Mehdi y la de sus dos compañeros. Y no es porque la de éstos sea mala, ni mucho menos, sino porque el tono de ambos es completamente diferente al de Adryen y esto es algo que el director debería corregir. Los tres personajes deberían ir, juntos de la mano, en en este viaje lleno de riesgo en el que cualquier desequilibrio, por mínimo que sea, se transmite al público.  Mehdi, actor de origen argelino, afincado en nuestro país desde hace muchos años, se tira a la piscina dando vida a este personaje tremendamente complejo y muy delicado. Adryen demuestra una gran valentía y sale muy airoso del reto ofreciéndonos una actuación llena de verdad, muchísima sensibilidad y en la que hay una gran transformación desde el principio hasta el final. Siempre al borde del abismo, el argelino logra deambular con gran sutileza por el filo del alambre para componer un personaje hermoso y tremendamente arriesgado, que nos llega a emocionar especialmente en la escena donde abre su corazón y se sincera en una entrevista con el personaje de Moi.  Es, sin duda, el mejor momento de toda la obra. Es una lástima que el texto no ahonde más en esta línea y desvíe su rumbo con las dos tramas secundarias que no nos llevan a ninguna parte. Porque, precisamente, el magnetismo de la función está ahí, en el corazón y en la mirada de André. ¿Por qué este hombre ha decidido dar este paso tan trascendental en su vida?. Sinceramente, cuando estás enganchado a ese personaje tan potente y a su leitmotiv, las otras cosas que giran a su alrededor apenas tienen importancia. Creo que las dos tramas secundarias deberían ir ido de la mano de la de André porque, precisamente, lo que te atrapa de ‘Como un guante’ es el viaje interior de este personaje y te quedas con ganas de más. 

Por eso comentábamos al principio, que un texto escrito a cuatro bandas es muy difícil de sostener. Al personaje de Moi, interpretado por Nacho Redondo, se le podía haber sacado mucho más partido con otro texto más acertado. Sus partes en el cabaret son muy efectistas pero, realmente, él no muestra su verdadera esencia hasta que no se quita las plumas y la purpurina. Es ahí, en su cara a cara con André, mientras lo está maquillando, cuando su personaje adquiere verdad, y te crees entonces que pueda ser el mejor amigo del boxeador. Por otro lado, a Ángel Savin se le echa en falta más consistencia en la composición del personaje de Rulo, el entrenador de André. Sus diálogos resultan, a veces, demasiado forzados. No se le ve cómodo ni fluido al veterano actor en muchos momentos de la historia. Estoy convencido de que no es problema de Savin, un actor de contrastada solvencia, es por culpa del texto. La relación con su pupilo es muy bonita y se debería profundizar más en la parte sentimental y no en los diálogos superficiales y tan poco convincentes, que restan fuerza al personaje. 

‘Como un guante’, en definitiva, es una propuesta arriesgada y muy valiente a la que le faltan muchas cosas por pulir pero que puede crecer muchísimo todavía. Una obra que llama especialmente la atención por ver a Adryen Mehdi, el malo de ‘Vis a Vis, cambiando de sexo y transformándose en una mujer. La cita, los martes, a las 22:15 en el Off del Lara. 

Aldo Ruiz

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