‘LA CASA DE BERNARDA ALBA’: ALFREDO SANZOL DIRIGE A UN EXTRAORDINARIO GRUPO DE ACTRICES EN UN BUEN MONTAJE CON ESTÉTICA CONTEMPORÁNEA QUE NO LLEGA A TRASCENDER

CALIFICACIÓN: 6’5

Hasta el 31 de marzo, en la Sala Grande del Teatro María Guerrero se representa ‘La casa de Bernarda Alba’, uno de los montajes más esperados de 2024 por tres grandes razones. Estamos ante una de las obras cumbres de Lorca, llevada a escena por Alfredo Sanzol -uno de los mejores dramaturgos y directores de la última década- y, para más inri, protagonizada por un grupo de actrices extraordinarias encabezado por tres intérpretes maravillosas que cuentan con un Goya en sus vitrinas: Ana Wagener en la piel de Bernarda (Goya a la Mejor Actriz de reparto por ‘La voz dormida’, 2011),  Ana Gabarain dando vida La Poncia (Goya a la Mejor Actriz de reparto por ‘20.000 especies de abejas’, 2024) y Patricia López Arnaiz interpretando a Angustias (Goya a Mejor Actriz protagonista por ‘Ane’, 2021). 

Desde su estreno el pasado 9 de febrero, ‘La casa de Bernarda Alba’ está colgando el cartel de ‘Entradas agotadas’. Es incuestionable que Sanzol ha logrado su objetivo: llevar a escena uno de los grandes éxitos del teatro español y llenar el María Guerrero todos los días, además con mucha afluencia de público joven y adolescente que ve representado por primera vez el mítico texto de Lorca. Es evidente que el montaje está cosechando un enorme éxito de público pero, sin embargo y a nuestro juicio, no llega a trascender. A continuación te explicamos por qué. 

En primer lugar, es misión casi imposible a estas alturas llevar a escena ‘La casa de Bernarda Alba’ y que pueda sorprender. Por tanto el ‘efecto sorpresa’ no existe aunque el montaje lleve la firma del actual director del Centro Dramático Nacional. No cabe duda de que es una adaptación que sí logra captar la atención de las nuevas generaciones -como así pudimos comprobar durante la representación- pero los amantes del teatro de Sanzol esperábamos algo más tratándose de él. En su versión, ha mantenido fidelidad al texto lorquiano apostando, al mismo tiempo, por una estética actual y algunos elementos de movimiento contemporáneo (y de música) que no casan bien en la propuesta. El resultado es el texto de Lorca de toda la vida -con ciertos matices- trayéndolo a la actualidad en una versión que se queda a medio camino y que no acaba de explotar por ningún lado. 

Y es una pena porque, por ejemplo, nos encanta el espacio escénico diseñado por Blanca Añón, especialmente el diseño de esa casa moderna donde transcurre la acción y ese telón de encaje negro con el que arranca cada uno de los actos. Sin embargo y, como señalábamos anteriormente, en la mayor parte de la obra parece que el texto va por un lado y la imagen por otro. Quizás, la puesta en escena más espectacular es la del tercer acto, cuando la casa se transforma en un patio en pleno mes de agosto, con ese calor sofocante. Es cuando texto e imagen están más integrados, justo cuando el drama alcanza el clímax. Más allá de la escenografía, destacar el magnífico diseño de luces de Pedro Yagüe, que también logra brillar en este tercer acto. 

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El mayor reclamo de ‘La casa de Bernarda Alba’ de Sanzol es su espléndido reparto, compuesto por un prestigioso grupo de actrices con varios Goyas en su haber. Ana Wagener se luce dando vida a Bernarda, esa mujer autoritaria y sin piedad, que no tiene compasión con sus cinco hijas aunque en esta versión evidencie algunos gestos de cariño en el último acto. Sus cara a cara con Ana Gabarain, sólida y convincente interpretando a la sabia Poncia, son de lo mejor de la función. Destacar también a Inma Nieto que, en la piel de la criada, nos brinda algunos de los momentos más divertidos dentro del drama, al igual que Ester Bellver dando vida a la madre de Bernarda (María Josefa), que provoca con su desenfrenada locura las carcajadas de los espectadores jóvenes de la sala. 

Patricia López Arnaiz, otra actriz con Goya, se mete en la piel de Angustias, la hija mayor de Bernarda. Las otras cuatro hijas son interpretadas por Eva Carrera (Amelia), Belén Landaluce (Magdalena), Sara Robisco (Martirio) y Claudia Galán, que da vida a Adela, la más joven y rebelde de las cinco, que brilla especialmente en el tercer acto. Completan el reparto: Chupi Llorente (Mujer 1), Ana Cerdeiriña (Mujer 2), Lola Manzano (Mujer 3), Celia Parrilla (Mujer 4), Isabel Rodes (Prudencia/Mendiga) y Paula Womez (Muchacha), cinco personajes que cobran protagonismo en el duelo del marido de Bernarda, una de las escenas más logradas en este drama lorquiano dirigido por Sanzol. 

Aldo Ruiz

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