‘FARIÑA’: UN VIBRANTE Y DINÁMICO MONTAJE, CON MÚSICA EN DIRECTO, QUE SE HA CONVERTIDO EN UNA DE LAS SENSACIONES DEL AÑO EN MADRID

CALIFICACIÓN: SOBRESALIENTE: 8’5

‘Fariña’ es uno de los mejores montajes que hemos visto en este 2021. Nacho Carretero y Xosé A. Touriñán llevan al Teatro Cofidis Alcázar de Madrid una magnífica adaptación de la exitosa obra de Carretero sobre la historia del narcotráfico en Galicia en las últimas décadas del siglo XX. Tito Asorey dirige un espectacular montaje con música en directo, vibrante y lleno de dinamismo, que está protagonizado por cinco fantásticos actores (María Vázquez, Sergio Zearreta, Cristina Iglesias, el propio Touriñán y Marcos Pereiro -absolutamente genial-) que, a lo largo de dos horas, se van desdoblando en decenas de personajes.

‘Fariña’ es una de las grandes sensaciones de la cartelera madrileña en este 2021. El montaje se estrenaba hace varios meses en las Naves del Español (Matadero) y, dado su tremendo éxito, se trasladaba al Teatro Cofidis Alcázar donde lleva varias semanas colgando el cartel de ‘no hay localidades’. Y no es de extrañar porque estamos ante un montaje vibrante y tremendamente dinámico. Desde que te sientas en la butaca, el ritmo es frenético y vertiginoso  y, a lo largo de las dos horas que dura, se pasa del humor más hilarante al drama más profundo sin que apenas te puedas dar cuenta. Nacho Carretero y Xosé A. Touriñán han hecho un trabajo extraordinario y condensan en dos horas la novela del primero y reflejando con gran acierto la historia del narcotráfico en Galicia en las últimas décadas del siglo XX. En la adaptación teatral, Carretero y Touriñán van al grano y resumen brillantemente una historia que empieza con risas y carcajadas y que termina reflejando el dolor de todas esas madres que perdían a sus hijos por la droga. 

Una de las grandes claves del montaje es su espectacular puesta en escena diseñada por Tito Asorey, y el tono lúdico y divertido con el que se aborda buena parte de la historia. La escenografía es muy sencilla: una gran estructura metálica con escaleras a un lado, una pasarela en la parte de arriba y cinco puertas en la parte de abajo conforman los diferentes espacios donde se desarrolla la historia. A esto hay que sumar una pequeña plataforma móvil donde se sitúa la banda de música, sin duda, otro los puntos fuertes de ‘Fariña’. A priori, antes de ver la obra, nadie podría esperar algo así. Sin embargo, es uno de los grandes aciertos: la música en directo del montaje nos brinda momentos gloriosos, como esa divertidísima actuación de la orquesta delante del alcalde corrupto. Las video proyecciones también juegan una papel fundamental en la puesta en escena.  A lo largo de las dos horas, se van proyectando todo tipo de imágenes, muchas de ellas reales, que aportan un enorme realismo a la historia de Carretero. 

‘Fariña’ recrea fielmente ese oscuro capítulo de la historia de Galicia desde un punto de vista único. A través de las dos horas del montaje, hacemos un viaje en el tiempo desde una óptica próxima, real y familiar que sirve, además, para que salgamos de la función haciendo una profunda reflexión. En el montaje están representados todos los colectivos que formaron parte de esa turbia historia, como los contrabandistas -primero de tabaco y luego de cocaína y hachís-, los políticos corruptos que hacían la vista gorda y se lucraban con todo lo que estaba pasando, los adolescentes que se volvían locos por probar ‘aquel producto mágico’ que les transportaba a un mundo mejor, las madres de los jóvenes que morían a causa de la droga, incluso la propia droga está representada como personaje en uno de las mejores escenas de toda la función.  Carretero y Touriñán abordan absolutamente todos los estamentos que formaron parte de aquella historia y, además, lo hacen en un tono festivo -la mayor parte del tiempo- siendo ésta una de las grandes virtudes de ‘Fariña’. Aunque, inevitablemente, el drama se acaba apoderando de la trama en la recta final del montaje, mostrando la cruda realidad de lo que allí se vivió. 

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Otra de las claves del montaje es su reparto. Cinco actores fantásticos se van desdoblando, a lo largo de dos horas, en decenas de personajes a un ritmo endiablado y el resultado es realmente brillante. Cris Iglesias, María Vázquez, Sergio Zearreta, Xosé A. Touriñán -que se alterna con Víctor Duplá- y Marcos Pereiro nos regalan unas actuaciones extraordinarias y se dejan la piel sobre el escenario durante las dos horas de montaje. Todos ellos nos regalan momentos memorables, cómicos y dramáticos, realistas y surrealistas, lúdicos y dolorosos… La elección del casting no podía ser mejor. Como hemos dicho antes, los cinco están maravillosos pero nos tenemos que quitar el sombrero especialmente con Marcos Pereiro que está absolutamente genial. El actor da un recital durante toda la función, haciendo gala de una vis cómica increíble y protagonizando sketches desternillantes (en los que no vamos a profundizar para lo hacer spoilers). Solo por su interpretación y la de todos sus compañeros merece la pena, ¡y mucho! ver ‘Fariña’, una de las grandes sensaciones de la cartelera madrileña.  

Aldo Ruiz

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