CALIFICACIÓN. EXCEPCIONAL: 9’4
‘La Vuelta al mundo en 80 días’, que se representa en el Teatro Muñoz Seca, es una de las mayores sorpresas que me he llevado en este 2017. Basándose en la famosa obra de Julio Verne, la compañía Excentric nos brinda una adaptación desenfrenada y surrealista en la que no paras de reír -literalmente- en la hora y media que dura la función. Jorge Muñoz dirige con maestría un montaje cuidado hasta el más mínimo detalle y que está protagonizado por cinco actores doctorados en el terreno de la comedia: Dani Llull, Marcelo Casas, José Carrillo, Juan Anillo y una genial Silvia Rey.
Pocas veces me ha pasado algo así en una sala de teatro. Es inaudito. ¿Os imagináis estar riendoros, a carcajada limpia, durante los noventa minutos que dura un espectáculo?. Hablo de reír continuamente, sin parar. ¿Os lo imagináis?. Es complicado… ¿eh?. Casi imposible. Alguno podrá pensar; -‘Este tío es un exagerado’-. Pues, de exageraciones nada de nada, es fácil de comprobar. Esto es lo que consigue la Compañía ‘Excentric’ con ‘La Vuelta al Mundo en 80 días’ en el Muñoz Seca. Atentos a los datos: Noventa minutos trepidantes, 5 actores polifacéticos, 39 personajes diferentes, un elefante bastante peculiar, una princesa india en peligro, 5 señoras estrambóticas en las carreras de Ascot, un fumadero de opio chino, el inspector de policía más inútil de todos los tiempos, 4 cónsules con la cara idéntica y locura, mucha locura. Todo esto y mucho más en una aventura desenfrenada que parte de Londres y te llevará, a un ritmo vertiginoso y sin cambiar de escenografía a Egypto y La India pasando por China y EEUU, hasta volver otra vez a la ciudad del Támesis. Nunca me hubiera imaginado cuando leí de pequeño el clásico de Julio Verne que algún día vería una revisión tan surrealista y alocada.
Esta adaptación cómica, obra de Sebastien Azzopardi y Sacha Danino, lleva más de 10 años de éxito ininterrumpido en París con 3.000 funciones a sus espaldas y habiendo reunido a más de un millón de espectadores. Ahora, llega por fin a España de la mano de ‘Excentric’. Laura Olivé ha hecho un trabajo realmente espléndido a la hora de traducir y adaptar la obra original del francés al español, y nos brinda un texto divertidísimo plagado de chistes y gags hilarantes, con múltiples guiños a la actualidad, y diálogos ágiles e ingeniosos. Un texto que los cinco actores tienen interiorizado a la perfección y lo interpretan de manera magistral. No hay otro calificativo para definir lo que hacen encima de las tablas Juan Anillo, un genial Marcelo Casas, Dani Llull, José Carrillo y una extraordinaria Silvia Rey.
Pero antes de abordar más extensamente la labor interpretativa, vayamos al montaje y a la brillantísima puesta en escena que realiza el director, Jorge Muñoz. ‘La vuelta al mundo en 80 días es el mejor ejemplo de que, con talento y mucho ingenio, no importa la escasez de medios. La escenografía que nos plantea Muñoz es muy sencilla y consiste en un habitáculo de madera, cubierto de un par de cortinas rojas y dentro, varias sillas, una mesa, y el fondo que va cambiando según la localización -una ventana, una tienda de alfombras egipcias, un restaurante chino, el camarote de un barco, el compartimento de un tren, etc… Así de simple, y así de complicado al mismo tiempo. A partir de esa mínima escenografía, Jorge Muñoz mueve a los actores a una velocidad endiablada durante la hora y media que dura la función, con continuas salidas y entradas, y múltiples cambios de personaje -y por consiguiente de vestuario-. Además, todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. El resultado es un sinfín de situaciones rocambolescas y a cada cual más disparatada; una mezcla entre la comedia del arte, la guasa andaluza y el humor absurdo al estilo Monty Python, con el atenuante de que los actores, en muchas ocasiones, se saltan la cuarta pared e interactuan con el público. En fin, una auténtica locura y, como muestra, esa maravillosa escena a cámara rápida en que Philias Fogg y su tripulación viajan de Japón a EEUU. ¡Absolutamente genial!.

Juan Anillo sentado junto a Silvia Rey, esperan a ser atendidos en un restaurante de Hong Kong por Marcelo Casas.
Y en esta locura tienen mucho que ver los actores que hacen un trabajo asombroso. El elenco es muy equilibrado y los cinco están sensacionales, bordando todos y cada uno de los personajes a los que tienen que enfrentarse. Marcelo Casas es un prodigio del humor gestual y, simplemente con las caras que pone y sus divertidísimas muecas, pone al público patas arriba. Él encarna a los distintos cónsules que tiene que visitar Phileas Fog durante su viaje y también se desdobla en otros muchos personajes como el egipcio que vende alfombras, el dueño de un restaurante en Hong Kong o el capitán ‘mariquita’ de un barco… Casas clava cada personaje con una gracia y una guasa que no se pueden aguantar. Dani Llull está fantástico dando vida al inspector Fix, un tipo bastante incompetente pero muy simpático, y al igual que todos sus compañeros se multiplica por seis o siete. Es genial su recreación de Jack, el pistolero del Oeste, y la escena de su duelo con Phileas Fogg. Precisamente a este último, lo encarna de forma magnífica Juan Anillo, mostrando toda esa caballerosidad y corrección que requiere su personaje, siempre manteniendo las formas. Aunque, curiosamente, sus mejores escenas son aquellas en las que él se muestra más desenfadado, como por ejemplo, en todos los intentos que tiene para besar a su amada, la princesa Audá. Tampoco se queda atrás José Carrillo que nos regala en forma de ‘Picaporte’, uno de los personajes más simpáticos de la historia, dando vida al criado español de Philias Fogg. Carrillo protagoniza grandes momentos. Yo me quedo, sin duda, con aquel en que visita el fumadero de opio chino junto a Fix. ¡Totalmente desternillante!.
Completa el reparto Silvia Rey, la única mujer de la obra. Pero da igual, porque ella vale por cinco. ¡Qué vis cómica tiene esta mujer!. Extraordinaria. Ya nos cautiva con su primera aparición dando vida al simpatiquísimo revisor del tren y, desde entonces, no para de deleitarnos, bien sea en la piel de esa egipcia que baila la danza del vientre, o de esa señora inglesa que está viendo las carreras de Ascot o fundamentalmente dando vida a la Princesa Audá, la india que le roba el corazón a Philias Fogg. Es impagable la escena de su rescate cuando está completamente drogada. ¡Para llorar de la risa!. O aquella otra cuando interpreta la canción declarando su AMOR y baja al patio de butacas provocando el delirio entre los espectadores. ¡Qué grande Silvia Rey!. Es una cómica descomunal y todo un descubrimiento para mí. Habrá que seguirla muy de cerca.
Aldo Ruiz
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