‘UN OBÚS EN EL CORAZÓN’: EL GIGANTE HOVIK KEUCHKERIAN AGRANDA SU FÍGURA EN LA DESGARRADORA JUNGLA DE MOUAWAD

CALIFICACIÓN.- SOBRESALIENTE: 9

Tras la representación de ‘Incendios’ -de Mouawad- hace unos meses en La Abadía, el público madrileño tiene ahora la oportunidad de ver la primera obra del dramaturgo canadiense, la espléndida ‘Un obús en el corazón’. Hasta el el próximo 5 de febrero, en la Sala Negra de los Teatros del Canal, el actor Hovik Keuchkerian brilla con luz propia dando vida a Wahab en esta impactante historia escrita por Wajdi Mouawad, sin duda, uno de los dramaturgos más prestigiosos de la escena internacional.
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Hovik Keuchkerian nos brinda una increíble actuación en la durísima ‘Un Obús en el corazón’.

Siempre que veo representada una historia de Mouawad en una sala de teatro salgo tremendamente removido. Es como si un tsunami te devastara por dentro. Y es que este autor logra hacerte jirones el alma con relatos escritos desde las propias entrañas, con las mismas vísceras. No es de extrañar, por tanto, que el canadiense de origen libanés se haya convertido en uno de los dramaturgos más reputados a nivel internacional. Su crudeza a la hora de contar las historias, su desbordante capacidad narrativa y descriptiva, y sus temáticas -siempre con tintes autobiográficos- son algunas de las claves que le han llevado a lograr este rotundo éxito. En ‘Un Obús en el corazón’, la que fue su primera obra, Wajdi Mouawad demuestra que su talento va más allá de la aclamada ‘Incendios’ y, en cada una de las frases, deja patente todo ese arsenal de virtudes que lo han encumbrado como uno de los grandes del teatro.

‘Un obús en el corazón’ nos cuenta la historia de Wahab, un hombre que en medio de la noche recibe una llamada telefónica. Al otro lado de la línea le comunican una mala noticia. El protagonista sale rápidamente de su casa y se dirige al hospital donde su madre está gravemente enferma. Quedan pocas horas para que la mujer que le dio la vida de su último aliento. A lo largo de ochenta minutos, y en el trayecto hacia ese hospital, Wahab hace un viaje interno y muy profundo que lo llevará desde la incomprensión más absoluta hasta el más honesto de los perdones. Durante ese camino y, ante la tragedia que está a punto de suceder, los recuerdos se agolpan en el corazón del protagonista que aprovechará esos instantes para hacer balance de su vida. En una gélida noche, que hiela hasta el alma, Wahab nos hace participes del estremecedor episodio que marcó para siempre su existencia; el día que vio como un autobús repleto de refugiados palestinos era acribillado por las milicias cristianas al comienzo de la guerra civil libanesa. Sintió tanto, tanto dolor, que fue como si un obús atravesase su corazón. 

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Hovik Keuchkerian da vida a Wahab en una grandísima interpretación que llega al alma.

A través de Hovik Keuchkerian y basándose en experiencias personales, como su exilio del Líbano a causa de la guerra, Mouawad expulsa todo su odio y su dolor en esta desgarradora historia adaptada y dirigida por Santiago Sánchez, quien ha apostado por la contención para llevar a cabo este durísimo relato. Al contrario que el montaje de ‘Incendios’, que pudimos ver hace unos meses en La Abadía, y que era mucho más efectista,  Sánchez se ha decantado por la sencillez y por una puesta en escena bastante más sobria, dejando todo el protagonismo a la interpretación de Hovik Keuchkerian. Y, aunque bien es cierto que el actor está inmenso, a veces tengo la sensación de que se queda demasiado ‘desnudo’ ante la potencia de los hechos que se están narrando. Quizás se le podría haber arropado un poco más con una escenografía más contundente y con un mayor uso de efectos sonoros. Pero esto es cuestión de gustos. 

Dicho esto, no puedo más que alabar el trabajo de Keuchkerian que nos brinda una extraordinaria actuación llena de humanidad y visceralidad, caracterizada -ante todo- por su impresionante desgaste físico. Sus chorros de sudor durante toda la obra expresan de la mejor manera posible ese dolor tan desgarrado que siente su personaje y que se funden con las lágrimas que le brotan del alma. Lo cierto es que Keuchkerian se doctora en este monólogo dando vida a Wahab, ‘agrandando’ su imperial figura y demostrando que, más allá de la corpulencia de ese hombre que iba para boxeador, hay un enorme actor con un increíble talento para la interpretación y para contar historias.

Aldo Ruiz

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4 comentarios en “‘UN OBÚS EN EL CORAZÓN’: EL GIGANTE HOVIK KEUCHKERIAN AGRANDA SU FÍGURA EN LA DESGARRADORA JUNGLA DE MOUAWAD

  1. Hola, Aldo:

    Coincido contigo totalmente en que esta obra te remueve por dentro. Sin embargo, creo que la puesta en escena sobria sí fue una buena elección para centrarnos en la actuación de Hovik Keuchkerian. A mí me maravilló la elección de iluminación que se eligió que conseguía estructurar la historia con las distintas tonalidades. Buena crítica.

    Un saludo imaginativo…

    Patt

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  2. Coincido contigo en la exposición en lineas generales.
    El viernes 1 de septiembre que fuimos a verlo, mi madre y yo, no fue su mejor noche; no acababa de llegarte, de conmoverte. Algo fallaba en la conexión.
    Más tarde, al final de la función nos explicó que había tenido un mal día ( de esos malos, malos ) y que era uno de esos que era un gran reto subirse al escenario, comprobando en su piel el gran trabajo que se hace en el teatro.
    Aún así quedé encantada.
    Esther

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