CALIFICACIÓN.- EXCELENTE: 8’3
Tras su exitosa gira por toda España, Lola Herrera y Héctor Alterio regresan al ‘Teatro Bellas Artes’ con esta preciosa historia de amor dirigida por Magüi Mira, que estará en cartel hasta el 1 de noviembre.
Si hablamos de ‘En el estanque dorado’ es imposible no recordar aquella inolvidable pareja formada por Katherine Hepburn y Henry Fonda, que en 1981 protagonizaron la preciosa película del mismo nombre. Las interpretaciones de ambos en el film eran realmente impresionantes y fueron recompensadas aquel año por la Academia de Hollywwod con sendos Óscars, a mejor actriz y actor principal.
La historia de amor escrita por Ernest Thompson entre esos dos ancianos, Etel y Norman, es de esas que dejan huella y que llegan directamente al corazón. Es, sin duda, uno de los romances más hermosos de la historia del séptimo arte. Y para llevar al teatro este amor de película, por primera vez en nuestro país, se necesitaba a dos actores que estuvieran a la altura del reto, dos interpretes que hicieran creíble esta relación tremendamente conmovedora. Y lo cierto, es que la elección no ha podido ser mejor. En la piel de Etel se mete Lola Herrera, una de las grandes damas de nuestra escena. Le da la réplica, como Norman, Héctor Alterio, un verdadero monstruo de la interpretación.
Una vez hecha la parte más difícil, Magüi Mira se ha encargado de dirigir a estos dos auténticos titanes. La valenciana conduce la función con maestría y elegancia, dándoles rienda suelta a estos dos actores extraordinarios. Además, Emilo Hernández realiza una magnífica adaptación en la que prima la comedia y el sentido del humor, a diferencia de la historia original que es mucho más dramática. ¡Sensacional el trabajo de los dos!. Yo, que la vi hace unos meses, puedo asegurar que estamos ante una hermosa obra, llena de humanidad, y que cautiva a los espectadores, de principio a fin.
La historia comienza cuando Etel y Norman Thayer, un matrimonio ya entrado en la vejez, llega a su casa del lago para pasar sus vacaciones como cada verano. Norman es un viejo gruñón, pero entrañable al mismo tiempo, que se aferra constantemente a la idea de la muerte y está obsesionado con que éstas serán sus últimas vacaciones. Etel, por su parte, es la abnegada esposa, su compañera de vida que sigue enamorada de él y que pone el toque vitalista y entusiasta. Durante la primera parte de la obra se generan multitud de situaciones cómicas provocadas por el carácter hipocondríaco de Norman y los diálogos irónicos y chispeantes con Etel. Héctor Alterio está descomunal, en una interpretación llena de matices, demostrando su gran vis cómica pero también una enorme sensibilidad. Con cada una de sus miradas se va comiendo, poco a poco, el escenario y se va acercando, irremediablemente, al corazón del público que va vislumbrando lo que va a ocurrir. Lola Herrera, por su parte, demuestra que ha nacido para brillar sobre las tablas, está sencillamente soberbia dando vida a Etel y es evidente la enorme química que tiene con su compañero de reparto.
La obra da un giro inesperado cuando aparece Chelsi, la hija del matrimonio,-innterpretada de forma magnífica por Luz Valdenebro-, que mantiene una relación tormentosa con su padre. Es entonces cuando se producen las escenas más duras de la historia con el enfrentamiento entre padre e hija. Las verdades y los reproches estallan por los aires, aunque la sangre no llegue finalmente al río. Porque Chelsi no llega sola a la casa, la acompañan su prometido (Camilo Rodríguez) y el hijo de éste (Adrián Lamana). Precisamente, en su futuro nieto, Norman encuentra una nueva ilusión para seguir adelante, y a raíz de ahí se produce un cambio de actitud hacia su hija.
Casi 25.000 espectadores disfrutaron la pasada temporada en Madrid de ‘En el estanque dorado’. Una historia de amor en la vejez, donde la vida y la muerte son dos inseparables compañeras de viaje; un romance en el que Norman y Etel nos demuestran que el amor existe más allá de la edad. Una obra que estará en el ‘Bellas Artes’ hasta el 1 de Noviembre, y que nadie debería perderse, porque ver juntos, y por primera vez sobre un escenario, a Lola Herrera y Héctor Alterio, dos auténticas leyendas del teatro, es un acontecimiento único e irrepetible.
Aldo Ruiz
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