CALIFICACIÓN.- CORRECTA: 6’5
Tenía muchas expectativas depositadas en la adaptación de ‘El discurso del rey’. Sin embargo, tras asistir al estreno, tengo que confesar que me ha dejado un tanto frío. No es que sea una mala obra, ni mucho menos, simplemente creo que se le podía sacar más de rendimiento a la maravillosa historia de Jorge VI. Y más, tratándose de una producción del Teatro Español y con la dirección de Magüi Mira, por la que siento una enorme admiración.
Siendo honestos, el listón estaba muy alto. Todos tenemos en nuestra memoria la maravillosa película de 2010 dirigida por Tom Hooper, por la que Colin Firth se llevó el Óscar al mejor actor principal. El guión de Daivid Seidler narra el encuentro entre un logopeda australiano (Lionel Logue) y el entonces príncipe Alberto para lograr superar su tartamudez. La película cosechó un enorme éxito en todo el mundo, y claro, las comparaciones son odiosas. Es evidente que estamos hablando de dos medios diferentes. Una cosa es el cine y, otra bien distinta, el teatro, pero quizás Magüi Mira no ha aprovechado todos los recursos que tenía a su alcance o simplemente, como ella misma ha confesado, ha elegido una adaptación sencilla y sin grandes parafernalias, dándole importancia a la esencia de los personajes. Pero a mí no me ha convencido, y eso, que el comienzo prometía con la presentación del personaje de Adrián Lastra, con un desnudo integral trasero que dejó a más de un@ sin aliento.
Pero a partir de ese momento, la escenografía brilla por su ausencia; unas discretas proyecciones, media docena de sillas que se mueven de un lado a otro, y unas incursiones coreográficas que, bajo mi punto de vista, desentonan con el tono de la obra. Yo habría apostado por una puesta en escena más barroca y sobre todo más espectacular en los momentos cumbre de la función, como en el discurso de coronación. Aquí echo en falta, por ejemplo, que el personaje de la reina, al que da vida Ana Villa, aparezca vestida majestuosamente. ¿Cómo es posible que los seis actores no cambien nunca de vestuario a pesar de que la historia transcurre desde 1925 hasta 1939?. Estamos hablando de una familia real, ¿dónde están las coronas y las estridencias?. Además, los seis personajes nunca salen de escena desde el comienzo de la función, un recurso que Magüi Mira ya utilizó en su anterior trabajo, ‘Pluto’, y que sinceramente, aquí no creo que fuera necesario. Esta obra pide a gritos continúas entradas y salidas de los personajes. Le habrían dado más dinamismo y se habría evitado la linealidad y la monotonía.
Y hablando del elenco de actores, me gustaría destacar el meritorio trabajo que realiza Adrián Lastra. Creo que, aunque aún le queda mucho camino por recorrer, el actor se esfuerza enormemente para estar a la altura de un personaje tan complicado como el del rey Jorge VI. Lastra tiene momentos realmente brillantes aunque a veces está ligeramente sobreactuado. A pesar de todo, estoy convencido de que este papel supondrá un antes y un después en la carrera de uno de los actores más prometedores del panorama escénico actual.

Adrián Lastra y Roberto Álvarez en una de las mejores escenas de ‘El discurso del rey’
Del resto de interpretes, quiero destacar a: Roberto Álvarez, fantástico en su papel de Lionel Logue, que brilla dándole la réplica a Adrián Lastra, que seguramente se haya sentido más seguro trabajando al lado del veterano actor; Ana Villa, magnífica en el papel de perfecta esposa y futura reina de Inglaterra, y por supuesto, a Ángel Savín que da vida a un Churchil, muy divertido y un tanto caricaturesco, que provoca más de una sonrisa en el espectador.