CALIFICACIÓN.- NOTABLE: 7’5

Tras la adaptación de ‘La cantante calva’ hace unos meses en el Teatro Español, regresa el humor absurdo de Ionesco a la cartelera madrileña. En este caso es el Off del Lara el encargado de acoger ‘La Lección’, otra de las obras míticas del dramaturgo rumano. Eduardo Recabarren está al frente de esta versión que se representa todos los miércoles a las 20:15. Luis Ortiz-Abreu encarna al profesor de esta inquietante historia en un reparto en el que sobresalen Yasmina ÁLvarez, en la piel de la alumna, y Angelika Taraszka dando vida a la enigmática sirvienta. 

Luis Ortiz-Abreu dando vida al profesor. Al otro lado de la mesa; Yasmina Álvarez interpretando a la alumna. A la izqda, de pie, Angelika Taraszka, en la piel de la sirvienta. 

Eugéne Ionesco es uno de los grandes dramaturgos del teatro del absurdo y su humor nunca pasa de moda. De hecho, sus obras siguen representándose en los teatros más prestigiosos del mundo y, en nuestro país, no iba a ser para menos. Hace unos meses tuvimos la suerte de disfrutar de una magnífica versión de ‘La cantante calva’ en el Teatro Español y hace un par de años se hizo una extraordinaria adaptación de ‘Rinoceronte’ en el María Guerrero. La verdad es que siempre es un placer disfrutar de las obras de este dramaturgo aunque bien es cierto que no es tarea fácil llevar sus textos a escena y que resulten convincentes. Para eso, se precisan actores dotados de una gran vis cómica y que interioricen y transmitan perfectamente este tipo de humor. 

Hace quince días, Eduardo Recabarren estrenaba en el Off del Lara una adaptación de ‘La Lección’, una obra que Ionesco escribió en 1950, el mismo año que ‘La cantante calva’. La historia está protagonizada por un profesor que da clases particulares a jóvenes alumnas. Ese día acude a su casa una guapa bachiller que recibe lecciones de matemáticas, lingüística, filología, etc… Al principio, la joven se muestra muy motivada y receptiva, pero a medida que va pasando el tiempo y la lección se vuelve más compleja -dentro del absurdo y la simplicidad-, ella va perdiendo toda su vitalidad y se aturde completamente. El profesor, sin embargo, que al principio era muy educado y agradable, cada vez se va mostrando más agresivo. Pero ellos no están solos en la habitación, cada cierto tiempo aparece por allí la sirvienta del maestro, una mujer muy enigmática con acento alemán que provoca tensión cada vez que entra por la puerta. 

Lo que más me gusta de este montaje es la atmósfera que logra crear Recabarren con una escenografía muy sencilla y una ambientación de luz y sonido muy adecuadas -que corren  a cargo de Aintzane Garreta-. El Off del Lara es el lugar perfecto para recrear la famosa lección de Ionesco y, además de la solvente dirección de Recabarren, destacan las interpretaciones de las dos protagonistas femeninas. Yasmina Álvarez realiza una actuación muy convincente dando vida a la alumna, un papel bastante complicado en el que los gestos y las miradas son tan importantes como los diálogos. No es nada fácil interpretar a los personajes de Ionesco porque en muchas ocasiones se corre el riesgo de caer en la sobreactuación, pero Yasmina logra salvar la situación saliendo muy airosa del reto.

Angelica Taraszka es, sin duda, lo mejor de la función. En la piel de esa sirvienta de carácter germánico y un tanto aterradora, la actriz brilla en cada una de sus apariciones provocando las risas y carcajadas entre el público que llena cada miércoles el Off del Lara. Completa el reparto Luis Ortiz-Abreu que, aunque le pone toda la intención del mundo y realiza un gran trabajo, su actuación no me termina de convencer. El suyo, quizás, sea el personaje más importante de la obra y yo, desde que leí ‘La lección’ de Ionesco siendo un adolescente, me lo imaginé como el típico profesor mayor, de edad más avanzada. Y cuando he visto otras adaptaciones de este clásico, así ha sido. Por tanto, desde su primera aparición ya tuve ciertos prejuicios con él, que no desaparecieron con el transcurso de la obra. Para mí, es fundamental un actor de mayor edad que aporte esa autoridad que requiere el personaje. A pesar de esto, salí de la obra con muy buen sabor de boca. Siempre es un placer disfrutar de las obras de este genio y darnos cuenta de cómo una simple lección puede desembocar en un autoritarismo muy peligroso.

Aldo Ruiz