CALIFICACIÓN.- ESPLÉNDIDA: 8’5

Dirigido por Rubén Villoslada, ‘Mordrake, canción de cuna’ es un drama de terror y misterio basado en el texto original de Ana de Nevado. La Pensión de las Pulgas ha sido testigo de esta inquietante historia ambientada en el siglo XIX y protagonizada magistralmente por Guillermo Llansó, Elena Rey, Charo Gabella y Karlos Aurrekoetxea.

Guillermo LLansó da vida a Edward Mordrake, el hombre de las dos caras

La Pensión de las Pulgas se transforma en una mansión venida a menos de la Inglaterra del siglo XIX para acoger ‘Mordrake, canción de cuna’, una estremecedora historia protagonizada por Edward Mordrake “El monstruo”, un personaje que se convirtió en leyenda por ser el único hombre conocido con dos caras -aunque nadie jamás le vio-. Un par de sillas, una mesa y una reproducción de ‘Saturno devorando a su hijo’ de Goya componen la sencilla escenografía –diseñada por Rubén Villoslada- que, junto a la maravillosa banda sonora de Aitor Almuedo, logran crear una atmósfera tenebrosa, inquietante y cargada de realismo, ideal para relatarnos la vida de este misterioso hombre.

Charo Gabella es Eleonor, la madre de Edward.

La trama construida por Ana de Nevado se centra en Edward Mordrake, un hombre que vive recluido por voluntad propia en su lúgubre estancia –refugiándose en su piano y sin apenas alimentarse- mientras su madre, Eleonor, la condesa de Darlington, le aguarda a la espera de volverlo a ver, aún sin saber si vive o muere. Hasta que un día, el mayordomo de la familia (Wilmer) contrata a Alice para que preste servicio en la casa. Entre la joven y Edward surgirá una relación muy especial que cambiará para siempre el destino de los Mordrake.

Esta pieza, que hemos podido ver recientemente en La Pensión de las Pulgas, rebosa talento de la mano de Rubén Villoslada en la dirección y, sobre todo, en el terreno interpretativo por parte de sus cuatro protagonistas, quienes logran plasmar perfectamente el espíritu de sus personajes. Charo Gabella está magnífica dando vida a Eleonor, esa mujer obsesionada con su hijo Edward por el que es capaz de dar la vida. La actriz nos brinda una interpretación llena de fuerza y desgarro, que alcanza su culmen con el conmovedor monólogo en el que expresa su desesperación rayando la locura. Guillermo Llansó interpreta a Edward Mordrake, un hombre atormentado, siempre al límite y al borde del abismo; un personaje que, por momentos es despiadado y, al instante, se transforma en un hombre romántico que pierde la cabeza por Alice. Guillermo está sublime transmitiendo la dicotomía de este complicadísimo papel sobre el que recae el peso de la obra. No me quiero olvidar de la magnífica caracterización de Edward realizada por los hermanos Almuedo y tampoco del fabuloso vestuario confeccionado por Maribel Cruz.

Elena Rey y Karlos Aurrekoetxea dan vida a Alice y Wilmer respectivamente

La guapísima Elena Rey se mete en la piel de Alice, una prostituta –aparentemente fría- que entra en la casa como sirvienta con el objetivo de escalar en su carrera de actriz pero que en cuanto conoce a Edward se deja llevar por el corazón. Gran actuación de la actriz caracterizada fundamentalmente por su dulzura y la expresividad de sus ojos. Por supuesto, hay que destacar la escena de la violación que ella protagoniza junto a Karlos Aurrekoetxea, sin duda, una de las más impactantes de toda la función. Karlos brilla en el papel de Wilmer, el mayordomo de los Mordrake, un hombre tremendamente oscuro, que esconde grandes secretos y que nunca sabes sus verdaderas intenciones. Karlos compone de forma sensacional este personaje con sed de venganza, clave en una espléndida obra que, esperamos, regrese muy pronto a alguna sala de la capital.

Aldo Ruiz