CALIFICACIÓN.- OBRA MAESTRA: 10
Blanca Portillo nos deslumbra dando vida a María de Nazareth en un extraordinario monólogo -basado en la novela de Colm Tóibín- en el que descubrimos que, detrás de ese icono que es la Virgen María, también hay un ser humano que sufre. Tras el rotundo éxito logrado el año pasado, el ‘Teatro Valle Inclán’ se viste de gala para recibir de nuevo a su diosa, Blanca Portillo.

Blanca Portillo da vida a María de Nazareth en esta obra de Tóibín
15 de diciembre de 2016. Una fecha para el recuerdo. Público puesto en pie y diez minutos de cerrada ovación. Acabamos de ver algo grande. La Sala Francisco Nieva del Valle Inclán cae rendida ante la portentosa interpretación de Blanca Portillo dando vida a uno de los personajes más emblemáticos de nuestra historia; María de Nazareth. Como todos los que estábamos allí, me siento un afortunado por haber sido testigo de un recital de tal calibre. La Portillo nos regala una de las mejores actuaciones de su vida, una sublime interpretación impregnada de un realismo asombroso. Un trabajo lleno de fuerza y técnica, y cargado de matices. Una actuación descarnada y tremendamente emocionante que raya el virtuosismo a lo largo de los ochenta minutos que dura el monólogo.
Basada en la novela de Colm Tóibín, ‘El Testamento de María’ nos muestra quien hay detrás de ese icono que es la Virgen María. Así descubrimos a María de Nazareth, una sencilla mujer de campo cuyo único hijo le es arrebatado por una decisión divina que no comprende y que sufre el mayor de los dolores al ver a su hijo sacrificado en la cruz. Ya en en la vejez, María revivirá los momentos más destacados de su vida. Hermosos algunos, terribles otros. Y los recrea mostrándonos la mujer que realmente es, no la que toda la humanidad ha querido vendernos a lo largo de la historia.
Es increíble la manera en que Agustí Villaronga adapta y recrea la obra de Tóibín, logrando que, a lo largo de los ochenta minutos, no se pierda la intensidad en ningún instante, manteniéndose el ritmo durante toda la función. Esto es prácticamente imposible tratándose además de un monólogo, pero aquí se consigue gracias al sensacional trabajo en la dirección y la puesta en escena. Villaronga demuestra toda su maestría moviendo a Blanca Portillo por todos y cada uno los rincones del escenario, escapando de la monotonía, y sirviéndose de la espectacular escenografía diseñada por Frederic Amat, que es una auténtica maravilla. También hay que destacar, por supuesto, el precioso vestuario de Mercé Paloma y la brillante iluminación de Josep María Civit.
El ‘Testamento de María’ será recordado para siempre por la deslumbrante interpretación de esta actriz fuera de serie que logra deleitarnos de principio a fin; desde sus primeras palabras, -cuando está sentada en el escritorio-, hasta que da su último aliento en la cama antes de emprender el sueño eterno. Blanca Portillo nos embelesa al contarnos, con todo lujo de detalles, la resurrección de Lázaro y nos conmueve relatando el encuentro de María con su hijo en las bodas de Caná. (Es allí donde el hijo de Dios obra otro milagro transformando las seis tinajas de agua en vino).

Una de las escenas más desgarradoras de la obra cuando María ve a su hijo camino de la crucifixión
Pero, sin duda, la escena más sobrecogedora de la obra es cuando María ve a su hijo camino de la crucifixión. En ese momento, madre e hijo cruzan sus miradas y ella se da cuenta de que ésa será la última vez que lo vea con vida. Entonces suelta un grito de un silencio estremecedor. Su dolor es inmenso.»Como si una flecha atravesará su corazón’. Lo que hace aquí Blanca Portillo es sencillamente brutal. Nos cuenta el episodio con tanto realismo y tanta emoción que parece que lo estamos viviendo en nuestras propias carnes. Sus lágrimas son las nuestras. Sus escalofríos también los sentimos nosotros. Su desgarro nos llega al alma. Y cuándo aún no nos habíamos recuperado, la actriz escenifica la crucifixión de su hijo en una escena realmente conmovedora. Es impresionante tener a la Portillo a dos metros de ti, escuchando su respiración, palpando su dolor y viendo cómo le brotan las lágrimas de sus ojos. Es una sensación única e irrepetible. Todo un privilegio poder ver a una de las mejores actrices de este país interpretando a la mítica María de Nazareth.
Buenos días…
Por esta vía necesito información sobre la obra y el guion teatral… Derechos de autor y detalles de la misma para montarla en República Dominicana en el mes de agosto de este 2019.
Saludos cordiales
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