CALIFICACIÓN.- SOBRESALIENTE: 9
Los ‘Amores Minúsculos’ llevan cautivando en el Off del Lara durante un año y ayer celebraron el aniversario con una función muy especial en la sala principal. El público se rindió, una vez más, al talento de todos los protagonistas que demostraron que, todavía, tienen mucho amor que dar.
Cuando me preguntan por qué es tan especial ‘Amores Minúsculos’, la respuesta es muy sencilla. Es una obra con ángel, que tiene alma. Lo sentí cuando la vi por primera vez y me volvió a suceder ayer. No hay que darle más vueltas. Es lo mismo que cuando alguien tiene carisma, eso es algo que se tiene o no se tiene. Y ‘Amores Minúsculos’ posee esa cosa especial que la hace mágica. Y es que, desde que comienza la función, te hace sentir; SENTIR EN MAYÚSCULAS. A medida que los 6 protagonistas nos van contando sus historias, el corazón empieza a latir más, y más fuerte, porque lo que les ocurre a ellos también nos ha pasado a cada uno de nosotros en algún momento de nuestras vidas, porque todos hemos tenido un primer amor que nos marcó para siempre; porque todos nos hemos enamorado, en alguna ocasión, de la persona equivocada; porque todos hemos sufrido por amor y nos han roto el corazón.
Durante los noventa minutos que dura la función, me ocurrió una cosa muy curiosa. Me invadió la melancolía en muchos momentos y llegué a hacer, incluso, un balance fugaz de mi vida sentimental. Y la conclusión fue clara; nos pasamos media vida esperando a la persona de nuestros sueños y no disfrutamos de aquellas relaciones que vamos teniendo, de esos amores que, por muy minúsculos que sean, son los nuestros, los que nos hacen sentir. Porque señores, en la vida real no existen los amores de cuentos de hadas, a lo Pretty Woman, ni las relaciones son tan pasionales como en Titanic o en Romeo y Julieta. Nuestra vida se compone de momentos cotidianos, de pequeñas aventuras, de amores minúsculos que van haciendo más llevadero nuestro día a día. Las historias de Jaime y Eva, de Nacho y David, ó de Laura y Carlos nos emocionan y nos conmueven, porque en ellas, vemos reflejadas las nuestras propias, y los espectadores se sienten totalmente identificados con ellas. Y ahí precisamente radica el éxito de esta obra.
¿Quién le iba a decir a Alfonso Casas que su cómic se iba a convertir en un todo un fenómeno teatral? Iñaki Nieto es el responsable de todo esto. Él ha sido quien ha realizado la adaptación al teatro y también quien dirige, con maestría, ‘Amores Minúsculos’. Iñaki junto a Diego Rebollo y Edu Diaz ha apostado fuertemente por esta historia que se ha convertido, sin duda, en una de las sensaciones teatrales del año. Y estoy convencido, de que lo mejor está por llegar.
Y, por supuesto, no me puedo olvidar de las grandes interpretaciones de todo el elenco protagonista, que son parte fundamental del éxito de la obra; unos actores capaces de dar el matiz exacto a cada uno de sus personajes. Todos están geniales, -yo he tenido la oportunidad de ver la obra con el doble reparto-, y absolutamente todos bordan sus respectivos papeles. Pero permitidme que destaque el gran trabajo de Celia Arias y Rebeza Plaza. Las dos están soberbias dando vida a Laura, el personaje más divertido, el que se lleva las grandes ovaciones de la noche. Laura es, quizás, la piedra angular de la obra, porque aporta la vis cómica y contrarresta el carácter más intenso, y a veces dramático, del resto de personajes.
Además de los doce protagonistas, hay una serie de factores que confluyen y que hacen de ‘Amores Minúsculos’ una obra redonda: La puesta en escena, sencilla, pero muy efectista; la magnífica dirección de actores; el elegante juego de luces, y la preciosa música, compuesta por Juan Hernando, que crea el clima ideal para que la obra respire y, a su vez, acompaña las maravillosas transiciones.
‘Amores Minúsculos’ es singular por muchas razones. Es una obra que no necesita una producción millonaria o una estrella televisiva que arrastre al público a la sala, como tampoco una excesiva publicidad. Se vale por sí misma. Durante un año ha conseguido llenar el Off del Lara -viernes y sábados- gracias al boca a boca, y sobre todo, gracias a la magia que se crea allí dentro. Porque todo aquel que la ve, vuelve a sentir mariposas en el estomago, porque todo aquellos que ya la han disfrutado, han podido vivir, otra vez, la magia del amor. Por todo esto y mucho más, creo que ha llegado la hora –por méritos propios– de que ‘Amores minúsculos’ sea programada en la sala principal del Lara y de que sus protagonistas nos brinden, no uno, sino muchos años de amor.
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