CALIFICACIÓN.- MAGNÍFICA: 7’8
Puesto en pie y con diez minutos de ovación. Así recibió el público madrileño la primera de las tres representaciones de “Romeo y Julieta” por parte del ballet de l´Opéra National du Rhin. Todavía sobrecogido por el trágico final –no deja de emocionarme, por mucho que todos sepamos el fatal desenlace- y aún saboreando el buen hacer de esta fantástica compañía, me gustaría destacar el grandísimo trabajo que realiza el coreógrafo Bertrand D´At a lo largo de las dos horas y media que dura la representación.
Era muy esperada esta versión del famoso clásico de Shakespeare ambientada en la revolución rusa. El director ha querido huir de la época renacentista y sitúa la historia en la Primera Guerra Mundial, concretamente en Kiev, donde después de derrumbarse la monarquía de los Romanov varias facciones rivales intentan hacerse con el poder. Victorias, tensión, conflictos, derrotas, odio, resignación… Este es el ambiente que se vive en el Kiev de 1917. Sin embargo, en medio de todo este caos aún hay sitio para el amor apasionado que no conoce de facciones políticas: el de Romeo, un joven y pobre estudiante con ideas revolucionarias, y Julieta, una intelectual heredera de la aristocracia local. Cuando los dos amantes deciden desafiar su condición social y transgredir las ideologías de ambos bandos para vivir su pasión comienza el problema y la acción colectiva se pone en peligro.
Esta obra fue estrenada en el año 1991 y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos a lo largo y ancho de todo el mundo. Es evidente el toque maestro de Bertrand D´At, anterior director también de este ballet, que ahora solo ejerce de coreógrafo. Me gustaría destacar también el gran trabajo que realiza todo el elenco de bailarines -procedentes de múltiples nacionalidades-, mencionando, por supuesto, a los dos protagonistas; Boyd Lau, en el papel de Romeo, y Stepanie Madec-Van Hoorde, como Julieta. El dúo que realizan ambos en la parte final es sencillamente sensacional, de una emoción desbordante.
Y si hablamos de “Romeo y Julieta” y de ballet, no podemos olvidar la impresionante música de Prokofiev. Esta partitura es mucho más que una música de ballet, es una auténtica obra maestra con momentos sublimes y que también ha sido utilizada en películas.
Para todos aquellos que os guste la danza y seáis fans de esta trágica e imperecedera historia de amor no os podéis perder esta maravilla que realiza el ballet de l´Opéra National du Rhin. Tras el enorme éxito cosechado por el montaje de la ópera “Pepita Jiménez”, dirigida por ese otro gran genio llamado Calixto Bieito, tenemos que dar la enhorabuena, desde aquí, a los teatros del Canal por la excelente programación que nos está brindando en los últimos meses.
Aldo Ruiz