CALIFICACIÓN.- NOTABLE: 7
Hasta el 18 de febrero, en el Teatro Quique San Francisco se representa ‘¿Qué fue de Bette y Joan?’, un magnífico montaje dirigido por Carlos Aladro, muy recomendable para todos los amantes del cine clásico y en especial de las grandes divas del Hollywood dorado. La obra es una adaptación del texto de Anton Burge, a través del cual nos colamos en el camerino que compartían Bette Davis y Joan Crawford durante el tormentoso rodaje de ‘¿Qué fue de Baby Jane?’, película de Robert Aldrich rodada entre julio y septiembre de 1962.
Por aquel entonces, la protagonista de ‘Jezabel’ o ‘La loba’ tenía 54 años mientras que la intérprete de ‘Johnny Guitar’ o ‘Alma en suplicio’ se acercaba a los 60. Ambas estrellas estaban en la decadencia de su trayectoria y apenas gozaban de oportunidades en el cine. Esta película relanzaría sus carreras pero también agrandaría su legendaria rivalidad. Una enemistad que refleja magistralmente la serie ‘Feud: Bette and Joan’, que protagonizaban Susan Sarandon y Jessica Lange.
En ‘¿Qué fue de Bette y Joan?’, Burge confecciona el texto basándose en declaraciones y documentos grabados, logrando que el espectador se meta en la piel de estos dos iconos del cine, descubriéndonos sus miedos, ambiciones, traiciones, odios, amores y desamores. A lo largo de la obra, en la adaptación que han hecho Carlos Aladro y Yolanda Arestegui se recrea un día en los camerinos durante el rodaje de esta mítica película, entre constantes llamadas de teléfono -que nos recuerdan tanto al cine clásico- y botellas de vodka y whisky -escondidas en los cajones- con las que ambas ahogaban sus penas y su mal humor.
Seremos testigos de la llegada de las dos divas -por separado-, de su transformación en los personajes de Jane y Blance Hudson (esas dos hermanas que comparten una terrible historia) y de la lucha de egos de ambas, que convirtieron el rodaje en una auténtica pesadilla y, los camerinos, en un campo de batalla. Pero, a pesar de esta lucha encarnizada, tenían un interés común y por eso unieron sus talentos: ambas querían regresar a lo más alto.

Yolanda Arestegui y Goizalde Núñez se meten en la piel de Bette Davis y Joan Crawford respectivamente y hacen las delicias del público durante los 80 minutos que dura la representación. Ambas están fantásticas brindándonos un notable (y delicioso) duelo interpretativo lleno de momentos divertidos, íntimos y muy curiosos, que reflejan a la perfección cómo era la relación entre dos estrellas, que se encontraban en plena supervivencia profesional y emocional. A nosotros, particularmente, nos encanta la actuación de Goizalde Núñez, que borda el personaje de Joan Crawford (su halo de diva, su excentricidad, sus gestos…), y que protagoniza los momentos más hilarantes de la obra.
Más allá del apartado interpretativo, ‘¿Qué fue de Bette y Joan?’, destaca por su espléndida puesta en escena. Carlos Aladro ha hecho un impecable trabajo, siguiendo los cánones del cine clásico en todos sus apartados. Destacar el magnífico diseño de luces de José Manuel Guerra -que juega de forma brillante con las sombras- y el espacio sonoro creado por Javier Pérez Duque, sin olvidarnos de la escenografía y el vestuario de Anselmo Gervolés.