‘BILLY ELLIOT, EL MUSICAL’: AL RITMO DE ELTON JOHN, DAVID SERRANO NOS BRINDA UN SENSACIONAL MONTAJE EN EL QUE BRILLAN SUS JÓVENES PROTAGONISTAS

CALIFICACIÓN.- EXTRAORDINARIA: 9’5

Ayer, en el Nuevo Teatro Alcalá, tuvo lugar el estreno de ‘Billy Elliot’, uno de los acontecimientos teatrales más esperados de la temporada. David Serrano es el encargado de adaptar y dirigir este montaje que cuenta con una impresionante puesta en escena y un reparto de lujo en el que encontramos nombres tan consagrados como los de Natalia Millán, Carlos Hipólito, Adrián Lastra, Mamen García o Alberto Velasco. Todos ellos están magníficos, pero son los más pequeños los que se llevan las grandes ovaciones de la función, sobre todo, Pau Gimeno, espléndido en la piel de Billy Elliot, y un genial Beltrán Remiro encarnando a Michael, su mejor amigo.
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Imagen espectacular de todo el elenco de ‘Billy Elliot’. Fotografía: Javier Naval

Tras once años de enorme éxito en el ‘West End’ de Londres y seis en Broadway, ayer por fin se estrenaba en Madrid ‘Billy, Elliot, el Musical’ ante el clamor de los espectadores que llenaban el ‘Nuevo Teatro Alcalá’, engalanado y reformado para acoger uno de los musicales más espectaculares que existen ahora mismo en el mundo entero. David Serrano, uno de los grandes de nuestro teatro, es el encargado de adaptar y dirigir, de forma magistral, ‘Billy Elliot’ y, visto lo visto, podemos augurar un prometedor recorrido a este musical. Una grandiosa puesta en escena y una magnífica dirección de actores, -entre ellos, muchos niños-, se conjugan con la espléndida partitura de Elton John para lograr un excepcional montaje que nada tiene que envidiar a los de Londres o  Broadway. El Teatrero analiza las claves del que va a ser uno de los grandes éxitos de la temporada:

EL ALTÍSIMO NIVEL DE LOS JÓVENES PROTAGONISTAS

Para la mayoría de expertos, ‘Billy Elliot’ es, quizás, el musical más complejo que se puede poner en escena debido, en gran medida, a que muchos de sus protagonistas son niños. Además, los muchachos que encarnan el personaje de Billy tienen que tener un altísimo nivel de danza clásica, de interpretación, de canto, de claqué e, incluso, deben saber hacer acrobacias. Por eso, durante un año y medio, quince niños se han estado formando durante cuatro horas al día para alcanzar el nivel de excelencia que requiere el papel de Billy Elliot. Y lo cierto es que el casting es increíble. En el pase de prensa, fue Pau Gimeno quien interpretó al protagonista y, a pesar de los nervios habituales de este tipo de funciones, el pequeño estuvo espléndido rayando a un magnífico nivel tanto en interpretación como en danza, demostrando además su poderío vocal en el número de la audición. Pau tiene muchísimo talento al igual que Pablo Bravo, Cristián López, Miguel Millán, Óscar Pérez o Diego Rey. Todos ellos se alternarán para dar vida a Billy Elliot. 

Pero si hay alguien que le roba protagonismo a Billy es, sin duda, Michael, su mejor amigo, que es gay. Beltrán Remiro se mete en la piel de Michael y está absolutamente genial en todas las disciplinas. Interpreta con muchísima gracia, -provocando las grandes carcajadas de la noche- baila como los ángeles y tiene un gran nivel vocal. El número conjunto que protagonizan ambos es de lo mejor del espectáculo. Me gustaría nombrar a todos los niños que intervienen pero es prácticamente imposible. Citaré, por tanto, a los que participaron en el pase de prensa:  Ainara Cardoso en el papel de Debbie, (la hija del personaje de Natalia Millán);  Cristian López como Kevin y un graciosísimo Bruno España encarnando al más pequeñajo de la función. ¡Para comérselo!.

EXTRAORDINARIA PUESTA EN ESCENA 

La puesta en escena es otro de los puntos fuertes de este montaje. Es realmente extraordinaria. David Serrano tiene a su disposición un auténtico despliegue de medios y unos maravillosos decorados diseñados por Ricardo Sánchez para recrear la historia del hijo del minero del norte de Inglaterra que se hace bailarín. En primer lugar, tenemos la casa de Billy, con tres plantas: Primer piso (cocina y entrada), segundo piso (el dormitorio de Billy y un cuarto de baño) y la azotea. Toda esa estructura sube y baja en función del desarrollo de la historia para dar paso a otros escenarios como son: el hogar social donde imparte clases de ballet la señorita Wilkinson o donde George da clases de bóxeo; las calles de esa ciudad del norte de Inglaterra donde se manifiestan los mineros; el exterior de las minas; unos baños públicos, la habitación de Michael, la fachada de la casa de la señorita Wilkinson, la Royal Ballet School (exterior e interior) y, así, un sinfín de localizaciones.

La inversión económica ha merecido la pena porque el montaje es sencillamente espectacular. Con esta producción de ‘Billy Elliot’ se puede decir que España cada vez está más cerca de Londres y Broadway. Además de la escenografía hay que destacar el espléndido diseño de luces de Juan Gómez-Cornejo y Carlos Torrijos, que hacen que brille aún mas el Billy Elliot español, la ambientación sonora de Gastón Briski -impecable- y el fantástico vestuario que corre a cargo de Ana Llena. 

MARAVILLOSO ELENCO FORMADO POR GRANDES DE NUESTRO TEATRO

Los jóvenes protagonistas están rodeados por un maravilloso elenco de grandes artistas de nuestro teatro. Magníficos profesionales que aportan su enorme experiencia y un gran talento para el género musical. Quiero empezar por Natalia Millán, estupenda encarnando a la Señorita Wilkinson. ¡Por esta mujer no pasan los años!. Guapísima de pelirroja, Natalia demuestra una vez más que hay pocas artistas en este país que puedan hacer lo que hace ella encima de un escenario. Su personaje es genial, sobre todo, cuando está dando clases de ballet y saca ese sentido del humor tan socarrón con las niñas. Nos deja gags muy divertidos. La Srta. Wilkinson parece una mujer muy fuerte y tirana, pero Billy -gracias a su talento- consigue llegarle al corazón desde el principio. La actriz está sensacional bordando todos los registros de su personaje. Al igual que Natalia, otro actor que es un seguro de garantía para cualquier director es Carlos Hipólito, fantástico dando vida al padre de Billy. Solo con echarle un vistazo a su curriculum, asusta, pero viendo sus cualidades sobre el escenario proporciona toda la seguridad del mundo a sus compañeros de reparto, sobre todo, a los más pequeños.

Adrián Lastra, otro peso pesado del elenco, encarna a Tony, el hermano de Billy. Como siempre, el actor de ‘Velvet’ muestra todo su carisma encarnando a un personaje que le va como anillo al dedo en todos sus registros. ¡Y qué decir de Mamén García!. Esta veterana actriz está genial dando vida a la abuela, un papel muy gracioso que aporta ese humor tan necesario en un drama como este. La escena en que ella está hablando con Billy recordando a su difunto marido es una de las más divertidas de la función… ¡para llorar de la risa!. Y, por si fuera poco, además de actuar, canta divinamente. ¡A esta mujer hay que ponerle un monumento!. Juan Carlos Martín está magnífico como George, el profesor de boxeo y amigo del padre de Billy, demostrando toda la experiencia que atesora. Alberto Velasco es otra de las sensaciones del musical y su personaje de Braithwaite nos deja boquiabiertos. Su número a tres con Natalia y con Pau es increíble. No me puedo olvidar de Noemí Gallego que se mete en la piel de la madre de Billy. Son pocas sus intervenciones, pero cuando lo hace, te emociona con su hermosísima voz. Ella protagoniza junto a Billy el precioso número de la carta, sin duda, una de las melodías más bonitas de toda la partitura. 

Por último destacar el excelente nivel del cuerpo de baile -con Toni Espinosa como coreógrafo asociado-. Por la imposibilidad de citarlos a todos, los voy a aglutinar en la figura de Axel Amores que, entre otros muchos personajes, interpreta al Billy Adulto, un papel que le permite lucirse y sacar todo su talento como bailarín en ese bonito número que comparten los dos Billys y que nos deja imágenes bellísimas con el pequeño bailarín volando por los aires. 

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Pau Gimeno da vida a Billy Elliot y Natalia Millán, a la Señorita Wilkinson. Fotografía: Javier Naval.

ESPLÉNDIDA PARTITURA MUSICAL  DE ELTON JOHN 

¿Qué sería de un musical sin la partitura original, sin esas maravillosas canciones que te llegan al alma y que, cuando salimos, no paramos de tararear?. Elton John, un declarado admirador de la película dirigida por Stephen Daldry, es el responsable de la música de ‘Billy Elliot’ y, solo con decir su nombre, ya está todo dicho. El trabajo que ha hecho el  artista británico es realmente espléndido firmando unas canciones maravillosas a las que Lee Hall, también autor del libreto, les ha puesto la letra. Entre los dos han compuesto unos temas bellísimos que, con el paso del tiempo, han alcanzado cotas inimaginables. Me encanta el número de apertura «Las estrellas nos observan», no se podía empezar de mejor manera. También me encanta «Solidaridad», un número larguísimo en el que se intercalan las clases de ballet de las señorita Wilkinson, con la manifestación de los mineros y la intervención de las fuerzas policiales. ¡Sensacional!. Es un tema enormemente pegadizo. Y, ¡qué decir de la canción de ‘La Carta’!. Para mí, la más emotiva del musical cantada a tres voces por Billy, su madre y la Srta Wilkison. ¡Es una belleza!. Luego se repite también al final. Y, por supuesto, aquí no puede faltar el tema ‘Electricidad’ que Billy canta en la audición. Es una joya. En realidad toda la partitura de Elton John es una joya de muchos quilates y, en el Nuevo Teatro Alcalá, con Joan Miquel Pérez dirigiendo la orquesta, la música suena como los ángeles. 

BILLY ELLIOT NOS BRINDA ALGUNOS MOMENTAZOS

Como todo buen musical que se precie, ‘Billy Elliot’ nos deja algunos momentos memorables que siempre permanecerán en la retina de los buenos amantes del género. Podría citar muchísimos -los que no aparecen aquí, ya se ha hecho referencia a lo largo del artículo- pero voy a hacer un pequeño ranking de aquellos números en los que los decibelios alcanzan unos niveles estratosféricos y el ‘Nuevo Teatro Alcalá’ se viene abajo:

5. NACIDOS PARA BAILAR: Número espectacular en el que Pau Gimeno (Billy), Natalia Millán (Srta. Wilkinson) y Alberto Velasco (Braithwaite) dan un auténtico recital de canto y, sobre todo, de baile. Un número trepidante que demuestra que el baile no entiende de sexo, de edad ni de peso. GENIALES LOS TRES y ¡GRANDE ALBERTO VELASCO!.

4. BILLY DICE ADIÓS El momento más emotivo de la obra, en el que se sueltan algunas lágrimas por parte del respetable. Billy se va a Londres y se va despidiendo sucesivamente de su padre, de su madre y de su amigo Michael. ¡PRECIOSO!. Es un falso final porque luego llega la apoteosis. 

3. APOTEOSIS FINAL: Un musical no nos puede dejar un sabor agridulce, por eso David Serrano ha preparado un número final apoteósico que termina en todo lo alto. Un númerazo, a la altura de los grandes números de Broadway, con todos los componentes del elenco cantando, bailando claquet, con Billy Elliot de maestro de ceremonias y con sorpresas incluidas. ¡ESPECTACULAR!. 

2. NÚMERO CONJUNTO DE BILLY Y MICHAEL: El número 2 podría ocupar perfectamente el primer puesto, y viceversa, porque estamos antes dos números impresionantes en los que las ovaciones son estruendosas y en ambos retumban las paredes del teatro con todo el público puesto en pie. Pero vayamos por orden. El segundo puesto está ocupado por un número que empieza de una manera divertidísima con Billy y su amigo Michael, en casa de este, probándose ropa de mujer. En ese momento los dos amigos se ponen a cantar el tema ‘Sé tú mismo’, que es un himno a la libertad, y después nos deleitan bailando claquet. El FINAL ES INCREÍBLE con la aparición de la fachada de Buckingham Palace y varios de los miembros de la familia real británica con formas  de cabezudos. ¡ALUCINANTE!.

1. AUDICIÓN DE BILLY ELLIOT: He situado en primer lugar el número de la audición porque es portentoso, de principio a fin, y porque simboliza todo el esfuerzo que tiene que hacer ese jovencito -además de su increíble talento- para llegar a lo más alto, demostrándolo además en la Royal Ballet School y, ante la atenta mirada de su emocionado padre. Pau Gimeno realiza una auténtica exhibición de canto, baile y acrobacias -un alarde portentoso de todas sus cualidades artísticas- y todo ello con la bellísima canción ‘Electricidad’ de Elton John. ¡Muy emocionante, te pone los pelos de punta!. ES EL MOMENTAZO DEL MUSICAL. Un número que va in crescendo y que cuando llega a su fin, no te queda más remedio que levantarte y aplaudir, a rabiar, el talentazo de este chico y todo lo que simboliza este musical: los sueños se pueden cumplir con esfuerzo y mucha dedicación, como aquel del hijo de un minero que un día soñó con ser un bailarín excepcional, y lo consiguió. Su nombre: Billy Elliot. 

Aldo Ruiz

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